
Por Raúl Serrano
El tesón de Pedro Ruiz Aragoneses está más que probado y también es sabido que después del trabajo en las seis bodegas que tiene en su haber, la séptima no podía ser en otra parte que en la privilegiada DOCa Rioja. Pero no podía quedarse ahí. El sueño y la búsqueda de el lugar donde elaborar un gran vino en Rioja le llevó a Leza, aunque eso sí, existió la tentación de San Vicente de la Sonsierra, pero esta pequeña villa de la a Rioja Alavesa fue la que finalmente le atrapa y enamora.
Aiurri ya es una realidad, y aunque suene a típico, esta adquisición es más que otra bodega a sumar al porfolio. Aiurri es entender y conocer la diversidad de cada suelo, de cada parcela, y dentro de ésta, cada viña. Así encuentras una significativa diferencia de variedades, desde la tempranillo a la tan en alza benedicto, todo un conjunto de singularidades que van sumando y diferenciando: microclima, diferentes orientaciones… para que se refleje un conjunto de identidad de zona.
Antes de que llegue este invierno Aiurri lanzará al mercado tres referencias, todas de la añada 2021. Comenzando con Landua, en el que encontramos un ensamblaje de pequeñas parcelas de San Vicente de la Sonsierra y Leza, elaborado por parcelas y municipios. Le acompaña el segundo vino, que toma el nombre de la bodega, Aiurri, puro reflejo de la zona y viña vieja, arropado por la serranía de Toloño. Por último, Salas, donde encontramos un vino de parcela única, 2,6 hectáreas de viña vieja que muestra la identidad y singularidad de Leza.
Aiurri llega a Rioja con el sueño de alcanzar, en tan privilegiada zona, el mismo nivel y nombre que tiene Pago de Carraovejas, un camino por hacer y donde el tiempo y trabajo se hacen poco a poco.