Tempranillo | Alacer | DO Ribera del Duero |
Por Raúl Serrano
Recién llegado al mercado, nos llega el Ribera del Duero de Bodegas Riojanas, un Ribera, como bien dice su nombre, con “alma”.
La elección de dos parcelas de las 14 hectáreas de viñedos, su altitud de 900 metros y la singularidad de su proceso de elaboración dan lugar a un vino directo, expresivo y con cierta tensión, tanto en nariz como en boca. Su primer golpe nos lleva a la fruta roja fresca, viva e incluso golosa.
Después a su rica parte balsámica, junto a torrefactos, regaliz rojo y sutiles tostados en el fondo de copa. La boca es armada, fresca y mantiene la tensión en todo su recorrido, siendo afilado, frutal, con muy buena acidez, un tanino vivo y presente, dejando un final donde vuelven los torrefactos y ahumados de la nariz y reflejando ese punto de vino “trasnocho” en el que cada sorbo imprime viveza y alma.