
Alma Carraovejas, la marca que hasta ahora englobaba proyectos vitivinícolas como Pago de Carraovejas, Ossian Vides y Vinos y Restaurante Ambivium, acaba de incorporar a sus empresas las bodegas Viña Meín y Emilio Rojo.
Con la adquisición de estos dos emblemas de la DO Ribeiro, el grupo segoviano pretende revalorizar la zona y sus paisajes únicos, representados por un viñedo ancestral cargado de historia.
En palabras de Pedro Ruiz Aragoneses, director de Alma Carraovejas, “Ribeiro y más concretamente Viña Meín y Emilio Rojo se distinguen por su singularidad y carácter genuino. Una emoción que se percibe nada más poner un pie en Leiro y, por supuesto, recorriendo esas pequeñas parcelas que son el origen del Ribeiro.
Entre los objetivos marcados destaca la intención de simplificar la gama de vinos de Viña Meín, recogiendo la esencia y peculiaridades de su finca y mantener la marca Emilio Rojo como vino de parcela. Para ello, tanto el personal de Meín como el propio Emilio Rojo seguirán ligados al proyecto. El conocimiento aportado por Alma Carraovejas buscará potenciar tanto este particular terroir en España como la propia zona, patrimonio histórico de la vitivinicultura de nuestro país.
Para la elaboración de los vinos, igualmente, se respetarán los parajes singulares de ambas bodegas, haciendo especial hincapié en la personalidad y autenticidad de cada viña. Las 18 hectáreas de Meín se sitúan en las mejores laderas del Valle del Avia (San Clodio y Gomáriz) y albergan varietales como Treixadura, Godello, Lado, Loureira, Torrontés y Albariño. Estas variedades para elaborar blancos conviven con otras como la Caíño Tinto, la Brancellao o la Sousón, entre otras, destinadas a la elaboración de tintos.
La excepcionalidad y singularidad de las apenas 2 hectáreas del viñedo del colleiteiro Emilio Rojo mantendrán su propia identidad y se destinarán a seguir elaborando uno de los vinos referentes de España.