Es el homenaje de Elva García a su padre Aníbal, quien dedicó toda su vida a cuidar las viñas de Mencía con las que cuenta la familia desde hace varias generaciones (algunas son de su bisabuelo). Un proyecto muy mimado, con base en sus Mencías viejas, algunas centenarias, cultivadas en vaso en el Paraje de Los Fornos, uno de los lugares donde se expresa esta variedad de manera más completa.