Adelantada y con menos producción
Hace aproximadamente dos meses comenzaba la vendimia en las zonas vitivinícolas históricamente más tempranas, como Lanzarote, pero es en estos momentos cuando ha comenzado a estar activa de manera generalizada en España. Una campaña que este año viene marcada por las altas temperaturas que han asolado todo el país y que provocarán una menor producción. Así, desde los consejos reguladores nos llegan informaciones positivas en cuanto a calidad y salud, pero ya se estima una reducción importante de la producción respecto a la campaña pasada, que ya fue de por sí menor que las anteriores. Como señala el Consejo Sectorial vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias de España, “la uva presenta buena calidad y ausencia de enfermedades en todo el territorio nacional (...) Debido al excesivo calor de los últimos meses y el consiguiente estrés hídrico que ha sufrido el viñedo, la uva tiene menor peso que en años anteriores”. Por suerte, casi el 90% de las lluvias cayeron en los meses de diciembre y marzo, de forma persistente y repartidas en muchos días, lo que, unido a la sequedad del campo, tras tres años muy secos, hizo que la tierra absorbiera bien el agua caída.
La más temprana
Estamos ante una de las vendimias más tempranas que se recuerdan, con adelantos de hasta 3 semanas respecto a las vendimias habituales, llegando a batirse records como en la DO Navarra, con la vendimia más temprana de su historia. Una campaña marcada por la sequía (actualmente el agua embalsada en España es de sólo el 36,88%, cuando la media de los últimos 10 años, en estas mismas fechas era de 55,57%) y por las altas temperaturas.
Podemos hablar ya de vendimias terminadas o casi terminadas en denominaciones madrugadoras como Lanzarote (donde arrancó oficialmente el 6 de julio) o Jerez (que comenzó con la vendimia más temprana que recuerdan el pasado 28 de julio). Jerez, por ejemplo, con prácticamente toda la cosecha ya en los lagares, apunta una disminución del 23,5% de su producción respecto al año anterior. La campaña, señalan, ha estado marcada por la enorme disparidad del estado de la uva, identificándose dentro de las mismas viñas racimos en los que la floración y el cuajado han sido más tempranos y otros más tardíos, algo que Vivir el Vino ha podido comprobar presencialmente en otras zonas como la Ribera del Duero.
Desde denominaciones de origen como La Mancha, Rueda, Rioja, Priorat, Cebreros, Sierra de Salamanca, Navarra, Terra Alta o Valencia (esta última ha sufrido el temido granizo en los últimos días) también van llegando informaciones sobre cómo se están desarrollando las vendimias de sus variedades más tempranas. Así en La Mancha se confirman las predicciones técnicas que preveían una ostensible reducción de cosecha, de más de un 20% respecto a la anterior, más acentuada en los viñedos de secano, pero con una impecable salud de las uvas recogidas. En DOQa Priorat también ha dado comienzo esta vendimia, condicionada por las altas temperaturas y la irregularidad de las lluvias. Sin embargo hay denominaciones que van “contracorriente” respecto a previsión de su producción, como son Cebreros, Navarra y Terra Alta, ya que esperan aumentar y no reducir la misma.
El Consejo Sectorial vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias de España, a finales de agosto estimaba para España una producción de vino y mosto de 36.291.600 Hl., frente a los 40.541.595 de la campaña anterior, que ya fue inferior a la media obtenida entre 2017-2020, que era superior a los 42 millones de hectolitros. Esta previsión está estimada sin contar con posibles precipitaciones en septiembre. Y es que las condiciones climatológicas marcarán la evolución de la vendimia 2022 para, sobre todo, las variedades tintas tradicionales.