
Las raíces de Bodegas Nabal, ubicada en la localidad ribereña de Gumiel de Izán, se extienden hasta la burgalesa Lerma, donde la familia Navarro Balbás fundaba precisamente Bodegas Lerma en 1998. Sus esfuerzos, sumados a los de otras familias, impulsaron la constitución de la DO Arlanza nueve años después.
Paralelamente, sin abandonar su tierra, encontraba los mejores viñedos en la vecina Ribera del Duero, con los que elaborar y comercializar sus propios vinos de la zona. Su sueño se hizo realidad hace exactamente diez años, cuando Bodegas Nabal abría sus puertas. Hablamos con los hermanos Óscar, Daniel y Andrés Navarro sobre estos y otros asuntos enológicos.
¿Por qué decidisteis dar el salto a la Ribera del Duero?
Óscar: Nuestra familia se ha dedicado a la elaboración de vino de calidad desde hace más de treinta años, y eso es algo que hemos vivido desde nuestra infancia. Siempre hemos tenido claro querer continuar con este gran legado, buscando en todo momento la excelencia y aprendiendo continuamente de los desafíos que nos plantea el clima.
Daniel: Así es. Ese es el motivo por el que nos encontramos aquí, en una de las zonas más altas y más al norte de la DO Ribera del Duero. El término municipal de Gumiel de Izán, donde se ubica la bodega, concentra la mayor parte de viñedo viejo de Tempranillo. Para mí, esto es la Ribera real, la que se funde en pequeños bosques alfombrados de hierbas aromáticas que conviven con riscos y peñascos.
¿A qué desafíos os habéis tenido que enfrentar en estos diez años? ¿Qué habéis aprendido en el camino?
Óscar: Desde un principio tuvimos claro que uno de nuestros pilares debía estar sustentado sobre el principio de la calidad, tanto en campo como en bodega. Ese ha sido sin duda el mayor reto, establecer esos parámetros cualitativos y mantenerlos durante todo este tiempo. Somos conscientes de que no debemos bajar la guardia en ningún momento, especialmente cuando vayamos ampliando poco a poco la producción.
También hemos aprendido a adaptarnos continuamente a la naturaleza, prestando máxima atención a las características que hacen especial cada momento del ciclo vegetativo y de cada cosecha.
¿Hay alguna añada que os haya marcado de alguna manera?
Óscar: Recuerdo la 2014, fue nuestra primera vendimia y la calidad no podía ser mejor. Lo más curioso de esta añada es que aún no habíamos terminado de construir la bodega. Tanto es así, que no teníamos ni techo en la zona de vinificación. Pese a todo, pudimos ir salvando obstáculos y elaborar unos vinos espectaculares. Y ahora, diez años después, la añada 2024 me ha recordado especialmente a esa de 2014, y promete unos resultados muy buenos en vinos de calidad y de guarda.
Llegados a este punto, ¿cuáles son vuestros objetivos para los próximos diez años?
Óscar: A pesar de los obstáculos a los que Bodegas Nabal se ha enfrentado, que no son diferentes a los del resto de empresas dedicadas a la elaboración y venta del vino en los últimos años, Nabal ha mantenido su esencia con un crecimiento lento pero seguro, sobre cimientos fuertes como la calidad y la dedicación plena.
Andrés: Bodegas Nabal es una empresa joven y aún nos encontramos en los primeros pasos para lograr ser una bodega moderna, eficiente y abierta al público que quiera visitarnos. Sabemos que aún hay muchos hitos que alcanzar y eso nos mueve aún con mayor ilusión.
Daniel: Sin lugar a dudas, la calidad es un aspecto fundamental para nosotros, y como bien mencionas, va de la mano de la identidad única de los vinos de Nabal. A lo largo de estos diez años, hemos trabajado incansablemente para perfeccionar esa identidad, cuidando cada detalle en nuestro proceso de elaboración. La calidad no es solo un estándar, sino una promesa que nos define y que seguirá siendo el corazón de nuestra marca en el futuro. Nuestra misión siempre será ofrecer vinos que reflejen nuestra pasión, nuestra tierra y nuestra historia. Y eso estará siempre al centro de todo lo que hacemos
Así lo reflejan las etiquetas de Nabal, que muestran este vínculo especial con su entorno. Al fondo de la imagen se ve el principio de la Sierra de la Demanda en la provincia de Burgos; más cerca vemos Bodegas Nabal y; aún más cerca un simpático habitante de esta zona: el corzo, que se puede encontrar regularmente entre el viñedo. Un motivo tradicional interpretado de forma moderna, este es el estilo de Bodegas Nabal.