Continuando con el plan de modernización y expansión de la bodega Ribereña, su órgano rector ha decidido cambiar oficialmente la nomenclatura de la compañía, pasando a ser de ahora en adelante “Bodegas Vilano”.
En 1957, año de su fundación, y hasta 1999, la bodega era conocida como “Virgen de Fátima”, después pasaría a llamarse “Bodegas Viña Vilano”; pero su acuciante crecimiento y la conquista de mercados internacionales, así como la estrategia de comunicación trazada con el objetivo de alcanzar nuevos retos, y de adaptar la estructura de la compañía a los incipientes cambios sociales, han conducido a la dirección a proponer adecuar el nombre oficial de la bodega.
El desarrollo internacional de la marca principal “Viña Vilano” ha supuesto, en el último ejercicio, la mitad de la facturación total de la empresa, y su presencia en numerosos países de varios continentes, lo que ha llevado a simplificar el nombre de la marca, eliminando la palabra “viña”, de difícil comprensión y pronunciación fuera del entorno hispano parlante. Todo ello, se ha hecho ya visible tanto en el etiquetado de sus vinos, como en el renovado logotipo de la compañía.
De esta forma se refuerza la comunicación dirigida a foros extranjeros y se consolida la táctica para la conquista de los segmentos de alta gama en el ámbito nacional; que también saldrá beneficiado con esta decisión, y cuya configuración ya había comenzado su andadura hacía la premiunización, habiendo sido reforzada con la incursión en 2015 del Director Enológico, José Carlos Álvarez Ramos, y con la Dirección Comercial de José Ignacio Rico.
Bodegas Vilano sorprende así, con nueva visión, pero manteniendo intacta su apuesta por la calidad y la excelencia.