Por Jesús Rivasés
Columnista, tertuliano y escritor
Vivir el Vino cumple sus primeros 150 números, y seguirán muchos más. Es toda una proeza editorial, y la celebración de la cifra redonda coincide con las Navidades, lo que obliga a brindar por ambos motivos. Hacerlo con burbujas siempre se asocia a los grandes momentos. El champagne es el vino con burbujas por excelencia y también el más antiguo. El monje Dom Perignon lo descubrió por casualidad en 1693. En España, no obstante, el rey de las burbujas es el cava, de la misma familia que el champagne, y sus orígenes se remontan a 1872, cuando Josep Raventós produjo las primeras botellas.
Champagne, cava y prosecco son los vinos con burbujas –“sparkling wines, espumanti o espumosos”- más famosos y vendidos del mundo. Los dos primeros se elaboran con el llamado “método tradicional”- por eso de la misma familia-. Consiste en que la segunda fermentación se hace en la propia botella. El prosecco utiliza el “método Charmat”, en el que la segunda fermentación ocurre en tanques metálicos y, por eso, no se le puede considerar de la misma familia.
La otra gran diferencia son las uvas. Los champagnes, además de proceder de la región de Champagne (Francia) utilizan uvas Pinot Noir, Pinot Menieur y Chardonnay. Para elaborar los cavas se incluyen uvas Xarel•lo, Macabeo y Perelada, aunque en los últimos tiempos, se han empezado a elaborar con Pinot Noir. Por último, los prosecco italianos –originarios de la zona de Treviso, cerca de Venecia- proceden de un tipo de uva llamado Glera. Además del método, la materia prima y la técnica también son diferentes. Los champagnes están embotellados a unas 6-7 atmósferas de presión; los cavas, a 4-5 y los prosecco, a 2-3.
El prosecco, gracias a su precio, es el vino con burbujas más consumido en el mundo, hasta superar los 310 millones de botellas anuales, frente a los poco más de 300 del champagne y los 250 del cava. Aunque si nos ponemos puristas, el vino con burbujas más vendido del mundo es el alemán sekt, lo que ocurre es que en la práctica se consume íntegramente en Alemania. El sekt está más emparentado con el prosecco que con el champagne o el cava porque se elabora con el “método Charmat” y utiliza uvas autóctonas de las zonas en las que se produce. Los vinos con burbujas están muy extendidos por el mundo, aparte de los champagnes y cavas, y se elaboran en muchos lugares, algunos sorprendentes. En varios casos, no se diferencian de champagnes y cavas, incluso entre los expertos. Tiene su explicación. En primer lugar, en Francia se elaboran vinos con burbujas en otras siete regiones distintas a Champagne, la mayoría con el método tradicional y, en muchos casos, con las mismas uvas. No pueden llamarlos champagne y, claro, su precio es mucho menor. Tres ejemplos: Saint-Hilarie Blanquette de Limoux Brut; L’Extra Langlois de Loir Brut, del valle del Loira y Berceau Piquepoul Chardonnay
Frisante Brut, del Languedoc.
Otro lugar en donde se elaboran vinos con burbujas, casi gemelos al champagne, es la zona de Ciudad de El Cabo, en Sudáfrica, con un clima similar al de la región francesa, el mismo método y las mismas uvas. El resultado es espectacular y con precios más ajustados. Y si en España se les llama cava, en Sudáfrica, los vinos con burbuja son conocidos como Cap Classique. Desde California hasta Argentina y Chile hay bodegas que producen vinos excelentes de estas características. Ejemplos: Domaine Carneros Brut Cuvée (California), Gauchezco Pinot Noir Extra Brut (Mendoza, Argentina) y Undurraga (Chile). En nuestras antípodas, Jansz Tasmanian y Pirie Traditional Method NV (Tasmania, Australia) y M&S Mount Bluff, de Nueva Zelanda. Por último, el Reino Unido vive, desde principios del milenio, un auténtico boom del vino con burbujas. Dos ejemplos para concluir: Three Choirs Classic Cuvée Brut y la cualquiera de la bodega Nyetimber.
¡Felices 150 números de Vivir el Vino!¡ Y, desde luego, no faltará vino con burbujas para brindar y celebrarlo.