© Georgian National Museum
Comenzó a elaborarse durante el Neolítico temprano, entre los años 6.000 y 5.800 a.C.
Al menos esas son las conclusiones del equipo dirigido por Patrick McGovern, arqueólogo molecular del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania, tras analizar en 2017 los residuos aún presentes en una antigua vasija encontrada en el yacimiento de Khramis Didi Gora, situado a 50 km al sur de la ciudad georgiana de Tbilisi.
El examen químico determinó que el interior del recipiente, decorado por cierto con representaciones de uvas, albergaba restos con un alto contenido de ácido tartárico, así como diversas cantidades de ácidos málico, cítrico y succínico, que se producen precisamente durante el proceso de elaboración del vino a partir del fruto de la Vitis vinífera. Los resultados de las investigaciones fueron publicados en el estudio “Early Neolithic Wine of Georgia in the South Caucasus", que actualmente se encuentra disponible para su consulta en la versión online de la publicación Proceedings of the National Academy of Sciences.