© Josef Malínský
En el capítulo 13:23 del Libro de los Números, la Biblia relata que, tras ser liberados del yugo egipcio por parte de Moisés, los israelitas se vieron obligados a vagar durante 40 años por el desierto antes de alcanzar Canaán, la tierra que Dios les había prometido. Una tierra que manaba leche y miel, y que les proporcionaría su ansiada libertad. Cuando por fin se cumplió el plazo, antes de adentrarse en el nuevo territorio, el pueblo nómada decidió explorarlo con el objetivo de evitar cualquier sorpresa indeseada, enviando así a cada uno de los jefes de las doce tribus que lo representaban.
Transcurridos unos días, diez de ellos regresaron sin encontrar lo que buscaban. Los dos restantes, más rezagados, volvieron con un enorme racimo de uvas, con el que demostraron haber alcanzado su objetivo. Desde entonces, esta escena ha sido representada a través de innumerables expresiones artísticas en muchas partes del mundo. También en Praga, donde el alivio de la puerta que da acceso al número 15 de la calle Husova recuerda la mítica hazaña.