Por Jorge Díez
Recorrer el Vall D´Orzia, en la Toscana en coche es un placer indescriptible. Que te reciba en Casanova di Neri y Tiziana el equipo de enología y te enseñe desde una terraza, con el castillo de Montalcino al fondo, sus diferentes parcelas, es un lujo. Que sea Giacomo Neri, su actual director técnico, quien cate contigo su Cerretalto 2018, es una auténtica suerte. Y eso justo es lo que pudimos vivir.
En 1971 Giovanni Neri adquirió una finca agrícola de 200 ha, de las cuales 12 eran viñedo y fundó la bodega recuperando parte del viñedo existente y plantando otras viñas en diferentes parcelas elegidas, con el convencimiento de producir vinos Brunello de calidad, con el hilo conductor de la variedad Sangiovese.
Una uva austera, imprevisible y con gran capacidad de guarda. La bodega cuenta actualmente con 63 ha divididas en 7 parcelas, con diferentes suelos y orientaciones. La demostración de que Giovanni fue un visionario es la adquisición de la parcela Cerretalto (sus vecinos le tacharon de loco), que está situada en un anfiteatro natural en una vaguada cerca del río Asso. De esta parcela nació su primer vino parcelario, que recibió su mismo nombre, Cerretalto, y que ha obtenido grandes reconocimientos. Diversos estudios han sacado a la luz que el suelo de la parcela es muy diferente al del resto de la zona, ya que extrañamente son suelos más típicos del Trópico y aportan al vino una mineralidad y carácter únicos. En 1991 Giovanni falleció y su hijo Giacomo se hizo cargo de la bodega, en la que llevaba trabajando desde 1986.
Giacomo continúa con el carácter innovador de su padre con el lanzamiento de Tenuta Nuova en 1998 o la construcción de la nueva bodega, integrada en el paisaje, en 2005.
Fue el primer Brunello di Montalcino producido por la bodega en el año 1978, marcando un estilo inconfundible que se ha mantenido en el tiempo. Desde el primer momento aparece la esencia de la sangiovese, hilo conductor de los vinos catados, con notas de fruta roja madura. En boca es sabroso, sorprendiendo su finura y elegancia.
Procede de la parcela Cetine, diferente por su suelo, clima y el bosque mediterráneo circundante. La primera añada fue la cosecha de 1993 y salió al mercado en 1998. La añada 2019 ha pasado 30 meses en barrica y 18 en botella para que podamos descubrir un vino moderno, sobresaliendo notas de violetas. La entrada es amable, con un tanino redondo y equilibrado. Tiene una fantástica acidez.
Esta nueva elaboración lleva el nombre del fundador, porque se hizo en su honor para celebrar el 50 aniversario de la bodega. Monovarietal de sangiovese, con DOCG Brunello di Montalcino, procede del viñedo Tocci en la parcela Giovanni Neri, que cuenta con cepas de más de 45 años. Esta elaboración es la más diferente de toda la gama, encontrando un vino muy fresco, con presencia de frutas rojas como cerezas y fresas. En boca siguen apareciendo notas de fruta roja, dentro de una estructura y equilibrio perfecto. Un vino en el que se adivina una gran capacidad de guarda y que se expresará en plenitud con el paso del tiempo.a acidez.
En 1981 Giovanni adquirió esta parcela con el convencimiento de que los minerales presentes en este tipo de suelo, muy diferente al resto de la zona, se expresarían de forma distinta y obtendría un Brunello magnífico. El resultado fue su primer vino parcelario. Esta añada ha pasado 36 meses en barrica y 24 en botella. En nariz sobresale una nota mineral muy marcada sobre un fondo de frutos rojos y regaliz. La sensación mineral continúa en la boca, invadiendo el paladar. Un vino espectacular y amable al mismo tiempo, con un final muy largo.