Por Raúl Serrano
La bodega de Ribera del Duero lleva ya veinte años siendo fiel a este ejercicio, a través del que busca el perfil de barrica perfecto para su vino y este año hemos tenido la posibilidad y la suerte de asistir a la habitual "Cata de Barricas" de Bodegas Valderiz, en la que la bodega reúne a toneleros, enólogos, sumilleres, prensa especializada y, por su puesto, amigos con el fin de buscar la barrica perfecta para su vino.
Nos enfrentamos así a más de 24 muestras de la Parcela Manvirgo, donde la peculiaridad está en cada una de las barricas utilizadas para guardar el mismo vino, siempre y con una única misión: elegir cuál de ellas es la que envuelve de la manera más noble el perfil y tipicidad de Valderiz.
Un día de trabajo duro, divertido, de aprendizaje, donde cada barrica ejercía de forma diferente una sutil (o no tan sutil) diferencia en el vino. Notas, aromas, sensaciones, en las que debíamos tener en cuenta el viñedo, los suelos, la variedad y el temperamento del vino para conseguir dar con ese perfil que se una en perfecta armonía con la barrica, en la que pasará su tiempo de crianza.
Hubo un poco de todo y para todos, hay que tener en cuenta que catamos con los toneleros, y los toneleros catan con nosotros, y eso es justo lo que hace de esta cata un momento especial.
Un día para recordar, disfrutar y aprender, en el que tampoco faltó la sobremesa, donde sin tapujos y sin miedo a equivocarnos, catamos a ciegas unos cuantos vinos de todo el mundo, ejercicio de humildad que todos debemos hacer de vez en cuando.