Por Manuel Herrera, propietario de Finca Herrera Vinos y Viña Española Consultoría
“Por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas”, me cantaba mi madre de pequeño. Un buen amigo me decía el otro día a cuento del panorama actual : “ No creas lo que ven tus ojos, cree firmemente en lo que te cuenten” .
No digo nada. Cuentos. Cuentos chinos. Cambio la frase de Woody y digo : “Odio la realidad, pero es el único sitio donde se puede tomar un buen vino”.
Todos los días y me repito, nos dan la pastilla para no soñar. Sueños de un seductor...
Decía Bogart que “El mundo entero tiene más o menos tres vasos de vino de retraso”. Querido Humprey, ahora debemos ir por seis.
Vivimos en una época donde estamos fuera de la realidad, por eso intentamos escapar a la mínima para intentar disfrutar de las pequeñas cosas...
Quizá eso que busquemos esté en los pueblos que tengan más verdad, menos escondites. Y sus vinos menos adornos, más pureza. O así debería ser.
Patrimonio nuestro, de sus viñas y parajes. De majuelos viejos con variedades que nunca sabremos. De productos de sus tierras y su campo. De sus animales, de la caza que duerme en los bosques que cuidan. De su esfuerzo y de sus manos ... De su vida.
Aprovechemos esto y sepamos que sine agricultura nihil. O en palabras de Cicerón “La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre.”
Así que intentemos volver un poco cada uno a sus orígenes y al origen de las cosas y que no nos den gato por liebre.
Podría nombrar miles de pueblos de vino, pero les dejo a ustedes que hagan su lista. Los pueblos son sabiduría y eso que ya hay pocos pastores. Qué lástima. Pocas buenas costumbres.
Así que el bocadillo, por favor, de sardinas, y el arroz o judías, con liebre. Y no al revés. Aunque en bocadillo todo está bueno y no necesitamos a un duque, el de Sándwich, para estos menesteres, siendo además yo marqués y manchego.
Preparen un buen pan, chacinas y queso y una bota bien curada del vino de su pueblo y a correr. No necesitan más. Quizá un buen perro para que les acompañe y les mire mientras manducan, esperando que algo caiga.
Recuerden también que “ más vale beber demasiado vino bueno, que poco y malo”. Hoy son todo citas de despedida...
Disculpas en estos años a quien haya podido ofender y alegría por a quienes haya podido entretener. “Qué súbitas amistades surgen en torno al vino” dijo un poeta.
Me despido de ustedes mis lectores en este formato, en busca de nuevas aventuras, como buen quijote.
Brindo por ustedes en este “último encuentro” de Marai, como ya hicieron algunos con un blanco de Yepes y una perdiz. El vino en porrón, la perdiz estofada.
Suyo siempre, su amigo.
A mis hijos, Pelayo, Pascual y Sancho.