Año de fundación: 1989
Superficie: 2.420 ha aprox.
Suelos: Los suelos de la montaña están constituidos por una mezcla de elementos finos, cuarcitas y pizarras. Por lo general, son de tierra parda húmeda, ligeramente ácidos y con ausencia de carbonatos.
Variedades de uva: La elaboración de vinos protegidos se realiza exclusivamente con variedades autorizadas.Destacan como principales, entre las tintas, la Mencía y, entre las blancas, la Doña Blanca y la Godello, pero también podemos encontrar las tintas Garnacha Tintorera, Estaladiña y Merenzao, y las blancas Malvasía y Palomino.
Zonas de producción: Los dominios de la DO abarcan más de una veintena de municipios de la provincia de León, que se ubican en el corazón de la comarca de El Bierzo. Muy próxima a Ourense, Lugo y Asturias, se caracteriza por la atomización de sus parcelas y sus terrenos en pendiente, cuya altitud oscila entre los 450 y los 800 m.
Clima: Muy especial, entre el frío y húmedo gallego y el continental, que también es frío pero seco. Diferentes factores determinan que El Bierzo posea un microclima mediterráneo característico, con temperaturas más suaves que las zonas limítrofes y su baja altitud impide, generalmente, las heladas tardías, lo que resulta bastante benigno para la vendimia que se adelanta, normalmente, un mes sobre las del resto de Castilla y La Rioja.
Historia: Los romanos impulsaron la agricultura de estas tierras, introduciendo nuevos cultivos como la vid -en concreto la especie “Vitis vinifera”-, oriunda de la región del Cáucaso y de Armenia- y nuevas técnicas como el arado. Sin embargo, la mayor expansión de sus viñedos se vinculó al desarrollo de los monasterios medievales, sobre todo los cistercienses, por ser el vino elemento esencial en el culto y la alimentación. Durante la Edad Media, al amparo de la Ruta Jacobea, nacieron nuevos monasterios y surgieron burgos y aldeas. A su alrededor se fueron extendiendo los viñedos y el vino fue cobrando una especial importancia en la vida económica de la comarca.
Vinos: Blancos, elaborados con las variedades Doña Blanca, Godello y Palomino; tintos jóvenes, elaborados con un mínimo del 70 % de la variedad Mencía; vinos viejos sin crianza; rosados, procedentes de uvas tintas o de mezclas de uvas tintas y blancas; vinos de crianza y de reserva.
El Bierzo mantiene una línea de identidad local desde sus inicios, reforzada por el pliego de condiciones aprobado en 2020, que permite, por una parte, utilizar las variedades históricas locales Merenzao y Estaladiña y por otra, el etiquetado de Vino de Villa y Vino de Paraje. Además permite la elaboración de claretes y monovarietales de Garnacha Tintorera.