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DO Jumilla, una tierra de contrastes (II)

Publicado el 18/05/2022 Categorías : Catas , Cuaderno de viaje, REVISTA
DO Jumilla, una tierra de contrastes (II)

Cata de veinte representantes de la creciente calidad de la DO. Por Rául Serrano

Protagonismo varietal, limpio y contundente, que da paso a notas más herbáceas pero en compañía de su parte balsámica. Boca fresca, directa y varietal, en la que la juventud se suma a todos los matices del vino. Buena acidez y buena persistencia en la retronasal.

Floral, balsámico, con frutillos silvestres en licor, recuerdos de regaliz negro y el mimo de la barrica. En boca es amplio, ancho y largo en su recorrido. Muy buena acidez, tanino rústico pero amable y largo en su final.
Nariz de Monastrell, limpia, intensa, varietal, de inmensa tipicidad de zona, amplia y contundente. La boca mantiene el mismo tono, con la variedad nuevamente como protagonista. Notas de palulú y recuerdos de hoja de viña sobre un fondo de juanolas y tinta china.

Fruta en confitura y frutillos silvestres en licor, mermeladas y mentoles junto a notas de hojas verdes, que dan paso a caramelos y notas más frescas. Boca amable, directa, con la fruta como protagonista. Se suma una cuidada acidez y un tanino maduro.

Algo más vegetal al principio, dejando luego que la fruta se exprese junto a notas de laurel, zarcillo y una clara parte terrosa. En boca es ligero, de agradable recorrido. Tanino pulido y final largo y persistente.
Media intensidad, con fruta madura y recuerdos de almendras tostadas y notas de tierra caliente junto a un ligero matiz de cueros y tostados. Boca media, en la que sobresale ligeramente el alcohol. Correcta acidez y final medio.

Hay que darle su tiempo para permitirle ofrecer recuerdos de frutos secos tostados, que dan paso a una fruta más madura y fresca. Boca armada, vigorosa, viva y eléctrica. Quizás el tanino molesta un poco más de lo debido. Buena acidez y largo final.

Vino fresco y directo, con fruta y barrica bien diferenciadas. La boca mantiene ese frescor de fruta viva y también ese recuerdo de hoja de viña.
Goloso, balsámico, con fruta viva y un ligero toque licoroso y recuerdos de granada. Boca fresca, varietal, con equilibrio entre las notas licorosas y las balsámicas. Buena acidez y un tanino ligeramente secante que deja que el final sea el fiel recuerdo de la fruta.
Maduro, sobrio y con carácter. Fruta madura y en sazón, con un punto terroso y mineral, recuerdos de trufa y un fondo ahumado. La boca es carnosa y armada en su recorrido, llenando el paladar. Buena acidez y tanino maduro.
Algo tímido, pero con limpieza y sabiendo mostrar tanto la variedad como su paso por barrica. Boca seca, de media entrada. Mantiene una justa proporción entre la fruta y su toque de barrica. Correcta acidez y tanino domado.
Intenso, fresco y limpio, con fruta ligeramente en licor que no molesta. Notas de eucaliptos y chocolate negro que dejan un ligero fondo de farmacia. Boca fresca, que mantiene la fruta ya sin el licor. La acidez arrastra al vino. Final amable y de notas achocolatadas.
Buena intensidad, marcada por la Sauvignon Blanc, con un punto cítrico. Boca fresca, aunque los cítricos se adueñan un poco. Buena acidez y final medio.
Nariz tenue, algo escondida, con fruta en sazón, especiados punzantes y, sobre todo, notas terrosas. En boca la fruta se muestra más natural, de manera más directa. Se suman notas de aceites. Acidez y tanino equilibrados y un final de media persistencia.
Media intensidad aromática. Es limpio y agradable. Sin ser sobresaliente, se defiende y no agota ni en nariz ni en boca. Su paso es ligero gracias a su acidez fresca y directa, que deja un final de media persistencia.
Algo más abierto y fresco que su primo hermano Marzas, con fruta presente y notas de eucaliptos y mentoles. Boca directa y divertida que mantiene la fruta presente. Ofrece una rica acidez que acompaña al vino en todo momento.
Algo cerrado al principio, ofrece entremezclados los aromas de fruta tropical y cítrica, junto a notas de hojas secas, paja caliente y un fondo de miel. Boca media, algo grasa. Correcta acidez y final medio.
Aunque no ofrece una intensidad directa, el vino en nariz ya resulta fresco, con fruta presente y un ligero apunte balsámico y de notas agrestes. Boca de media estructura, con predominio de la parte fresca en su recorrido. Buena acidez y final de notas florales.
Algo cerrado, necesita empuje para mostrarse en su plenitud. Buena carga de fruta, notas de tierra caliente, regaliz negro y fondo balsámico. En boca es seco, de entrada directa y vertical en su recorrido, con una justa y agradable acidez y un final medio. 
Un vino que podría se considerado un punto y aparte en Jumilla. Entran en juego zona, variedad, crianza y, por supuesto, Rosana, que pone todo su empeño en buscar algo diferente pero que recoja la identidad del Valle del Carche. 

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