
En los verdes valles que se forman entre los ríos Miño, Avia y Arnoia, en la provincia de Ourense, encontramos una denominación de origen muy especial, la DO Ribeiro. Situada a poco más de 40 km del océano Atlántico, su vínculo con el cultivo de la viña es más que histórico, casi legendario, siendo la denominación de origen más antigua de Galicia. En ella destaca con luz propia una variedad local que le da una personalidad única a sus vinos: la Treixadura.
Ribeiro: clima, paisaje y suelo
Con una extensión aproximada de 1.300 hectáreas, el clima es uno de los factores clave a la hora de entenderla. Y es que nos encontramos en una zona de transición, en el que el carácter mediterráneo está suavizado por la influencia atlántica. El océano Atlántico se encuentra muy cerca, pero varias cadenas montañosas que recorren la denominación, ejercen un importante efecto protector, ayudando al deseado equilibrio entre maduración alcohólica y fenólica.
Otro de los rasgos que definen Ribeiro es su suelo, el “sábrego”, un suelo de granito descompuesto muy abundante en la zona, con un elevado contenido en arena y escaso contenido en arcilla. Gran parte del cultivo en Ribeiro es en bancales, para disminuir las pendientes y facilitar el laboreo.
Una característica que marca el territorio de la DO Ribeiro es el minifundismo. Pequeñas parcelas que conforman un patrimonio vitivinícola actualmente compuesto por 1.607 viticultores que, junto con 98 bodegas y colleiteiros con producto certificado, representan la estructura productiva de la denominación.
Miles de años de historia
Aunque no se sabe con certeza cuándo se empezó a cultivar la uva en Ribeiro, Estrabón señala que ya en la segunda mitad del siglo II a.C se elaboraba vino en Ribeiro. Pero es en la Alta Edad Media cuando realmente florece el cultivo de la viña, gracias a los centros eclesiásticos que impulsaron el vino de Ribeiro por todo el mundo. Destacan entre ellos los monjes benedictinos y cistercienses del monasterio de San Clodio, que realizaron una gran labor de reimplantación del viñedo y ayudaron, al amparo del Camino de Santiago, a llevar estos vinos por toda Europa.
Actualmente, el Ribeiro vuelve a sus orígenes con fuerza apostando por las uvas locales, recuperando y creando nuevas plantaciones mediante programas de reconversión y reestructuración de viñedo. Además, en las últimas décadas se han incorporado nuevas bodegas que, junto con los avances tecnológicos, tiene como objetivo la búsqueda de la calidad y la máxima expresión de las variedades autóctonas.
Los vinos de Ribeiro
Vinos de paisaje y territorio, tradicionalmente elaborados con una mezcla de variedades autóctonas, son vinos con marcados rasgos atlánticos, frescos, finos y elegantes, matizados por una suave influencia del clima mediterráneo. Podemos diferenciarlos en:
Ribeiro Castes. Son mayoritariamente vinos blancos pero también encontraremos tintos, siendo elaborados al 100% con las variedades preferentes: Treixadura, Torrontés, Godello, Albariño, Loureira, Lado y Caíño blanco (blancas) y Caíño longo, Caíño bravo, Caíño tinto, Ferrón, Sousón, Mencía y Brancellao (tintas).
Ribeiro Barrica. También elaborado con variedades preferentes exclusivamente, pero con una crianza en barrica.
El Ribeiro Espumoso (elaborado por el método tradicional) supone, junto con el Tostado Ribeiro un porcentaje muy pequeño de la producción, ya que entre los dos suman menos de un 1%, y ambos están elaborados solo con las uvas preferentes. El vino Tostado es un vino naturalmente dulce de larga tradición en Ribeiro, una auténtica joya enológica que se basa en el mosto de las uvas autóctonas pasificadas a cubierto.
Treixadura, la reina del viñedo
Distinguida y armoniosa, la Treixadura es la uva blanca más representativa del viñedo del Ribeiro. Con ella se elaboran unos vinos pletóricos de personalidad, aromáticos, finos y elegantes en nariz y frescos, equilibrados, sabrosos y untuosos en boca. Tanto en forma de monovarietales como elaborado en compañía de otras variedades autóctonas (con predominio de la Treixadura), se consiguen vinos armónicos y equilibrados, muy singulares, creados desde el viñedo y con una buena y positiva evolución en botella.
Acércate a la Denominación de Origen Ribeiro y a sus vinos, que representan a la perfección la fusión de territorio, paisaje y cultura del vino.