
@Metro-Goldwyn-Mayer
La etimología moderna sitúa el origen de la palabra brindis en 1527, y más concretamente en la batalla que ese mismo año libraron el sacro imperio románico y la liga de Cognac, que se saldó con el saqueo y la toma de Roma por parte de unas tropas alemanas y españolas comandadas por el emperador Carlos V.
Las crónicas de la época explican que los generales vencedores celebraron su victoria alzando copas de vino frente a sus tropas y pronunciando las palabras “bring dir’s”, que podrían traducirse por algo así como “te lo ofrezco”.
Sin embargo, este tradicional gesto se retrotrae a la antigua Roma, cuando los firmantes de muchos acuerdos -comerciales o militares- sellaban sus pactos haciendo chocar sus respectivas copas de vino para dejar caer parte de su contenido en la del contrario. De esta manera conseguían mezclar los vinos y se aseguraban de que ninguno de ellos estuviera envenenado, una práctica muy habitual en la época.