
"El fotógrafo que más me ha influido es Antón Corbjin con la portada que hizo para el disco The Joshua Tree, de U2"
Por Alberto Matos
Juan Pérez-Fajardo han pasado estrellas consagradas del panorama musical nacional como Amaral, Bunbury, Leiva o Pablo Alborán, e internacional, como Mick Jagger, Iggy Pop, Kiss, o Santana. También grupos de la independencia underground, que le obligan a patearse las salas de la capital desarrollando un trabajo que le ha llevado a ser uno de los referentes de la fotografía musical en España. Fotógrafo oficial de Gibson y colaborador habitual en revistas especializadas como Mondo Sonoro, Rolling Stone, Rock de Lux y Ruta 66, sus trabajos pueden verse en multitud de portadas de discos y carteles. Además, ha expuesto a lo largo y ancho de nuestra geografía nacional y en lugares como Las Vegas o Londres.
La fotografía es un elemento imprescindible en la industria musical y es también un elemento que se sitúa en la cresta de las últimas vanguardias. ¿Cómo ha ido evolucionando a lo largo de los años? ¿Qué tipo de fotografías se demandan ahora?
Pienso que no ha evolucionado casi nada con los años. Sí que se revolucionó la industria con la entrada de las cámaras digitales y, gracias a eso, todo se democratizó al ser más accesible y barato contar con equipos fotográficos y de iluminación decentes. Pero una buena fotografía no depende del equipo, sino del ojo del artista. Y eso no va a cambiar nunca.
Todos recordamos portadas icónicas de discos míticos. ¿Cuál de ellas te viene a la mente?
Antes de que hubiese Internet y toda esa información a la que podemos acceder fácilmente, yo me compraba vinilos por las críticas de revistas como Ruta 66 y por consejos de amigos o DJs. Pero también me dejaba guiar mucho por las fotos de las portadas. Me fijaba en su pinta para intuir si me iban a gustar o no musicalmente. Y, por supuesto, influyeron mucho en mi forma de vestir o pensar. Por poner cuatro ejemplos de fotos de portadas que me cambiaron de alguna manera, citaría la del primer disco de los Ramones, realizada por Roberta Bayley. Después de verla encargué a un amigo que iba a Londres una chupa igual. También me gustó la portada del álbum London Calling, de The Clash,realizada por Pennie Smith, considerada por muchos como la mejor foto de la historia del rock. No es que sea técnicamente buena, pero describe a la perfección lo que era el punk. Y de una fotografía también me gusta que cuente una historia al verla. Otra sería la que hizo Mick Rock para el disco Raw Power, de Iggy and the Stooges, gracias a la cual decidí en su momento montar una banda. Como era malísimo, ¡al final me dediqué a otras cosas! Pero, sin duda, el fotógrafo que más me ha influido es Antón Corbjin y, entre todas sus portadas, quizás la que más me impactó en su momento fue la que hizo para el disco The Joshua Tree. Por aquel entonces ni siquiera me planteaba dedicarme profesionalmente a la fotografía, pero sin duda es el que más me ha influenciado. Sus fotos de Tom Waits, Bob Dylan, Johnny Cash, David Bowie, The Rolling Stones, Joy Division, Depeche Mode… ¡Son todo un referente para mí!
En la actualidad, ¿cuánto crees que hay de auténtico en una imagen musical y cuánto de Photoshop?
Yo no soy muy de retocar en exceso las fotos. Si de la cámara no tengo ya una buena imagen, la desecho. Sí que es verdad que hay una tendencia a usar demasiado Photoshop, pero a mí no me gusta. Eso no quita que Photoshop sea una herramienta maravillosa.
En este sentido, ¿quién es el artista con el que más fácil te ha resultado trabajar? ¿Por qué?
Por lo general, siempre he tenido muy buen trato con los artistas y se hace muy fácil y fluido el trabajo. Por ponerte un ejemplo, me gusta mucho trabajar con Coque Malla que, además de ser amigo, tenemos la confianza suficiente para probar cosas nuevas y dejarnos llevar.
¿Con qué artista o grupo te gustaría trabajar y aún no lo has hecho?
Me gustaría haber trabajado con muchísimos artistas, aunque ahora es imposible: Johnny Cash, Elvis Presley, The Beatles, The Clash.... No sé, hay tantísimos…
En la otra cara de la moneda, es vox populi que algunos artistas resultan de trato difícil… ¿Cuál es la extravagancia más absurda a la que te has enfrentado?
Como te contaba antes, casi siempre he tenido unas experiencias muy buenas con los artistas. Algunos tienen sus manías, pero suelen ser cosas lógicas. Un año, fotografiando en los camerinos a Paul Stanley, guitarrista de Kiss, le planteé hacerse la foto retocándose en el espejo. Cuando se lo dije, me respondió: “No puedes hacer esa foto porque, por contrato, KISS solo puede salir de frente…” ¡Hasta la luz para fotografiarlos ha de ser frontal!
¿Qué papel desempeña la fotografía en unos tiempos en los que la música se comercializa de manera digital?
El mismo de siempre. Es una pena que cada vez saquen menos artistas sus discos en formato vinilo, pero siempre se necesitarán fotos para las portadas, la promoción o los directos.
En tu opinión, ¿cuál ha sido la mejor foto de tu carrera hasta el momento? ¿Qué historia esconde?
Es muy difícil elegir cuál puede ser mi mejor foto. Y al estar vinculadas con momentos, anécdotas, viajes, amistad y mucha música ya no solo me gustan algunas fotos más que otras por la foto en sí, sino por todo lo que tienen alrededor. Uno de los momentos en los que mejor me lo he pasado y ha sido más especial en mi carrera fue el viaje que hice a Nashville con M Clan, para la grabación de su último disco, Delta. Allí les hice fotos y un documental en el que pretendí plasmar cómo vivimos esos días de muchas horas de grabación, pero también muchos conciertos, barbacoas, pubs y museos.
¿De qué manera han influido Internet y las redes sociales en la difusión de la fotografía? ¿Cuál es el aspecto negativo de estos medios?
Yo veo más cosas buenas que malas en las redes sociales. Es un gran escaparate para enseñar tus fotos y es más fácil que conozcan tu trabajo y te contraten. Sí que es verdad que por eso mismo hay muchísima más competencia, pero eso también lo veo bien. Gracias a Internet, no solo la gente que puede invertir mucho dinero en publicitarse o comprarse equipos caros puede ganarse la vida con lo que les gusta. Ahora, cualquiera con buenas ideas puede llegar a la gente.
En tu experiencia al pie de escenarios y entre bambalinas, ¿se encuentra el vino entre los “vicios” de los artistas? ¿En qué ocasiones has podido observar este producto?
Casi siempre hay una buena botella de vino en los camerinos, pero sí que es verdad que suele haber más cerveza.
Con amigos, comiendo.
Aranda de Duero (Burgos).
El 51 del Sol, en Aranda de Duero (Burgos).
Lechazo con Neo.
Todos los años, rodeado de amigos y música en el Sonorama.