Fundada en 1942 por Salvador Fariña, es una de las bodegas más antiguas de Toro. Comenzó a elaborar en una rudimentaria bodega en Casaseca de las Chanas, un pequeño pueblo a 30 kilómetros de Toro, en la otra orilla del río Duero.
En los años 60 Manuel Fariña, hijo de Salvador, regresa de sus estudios de enología y se incorpora al negocio familiar, siendo uno de los principales impulsores de la DO Toro y el primer presidente de su Consejo Regulador en 1987, año en el que también construye una nueva y moderna bodega en Toro.
Fariña es famosa tanto por ser la creadora de uno de los vinos jóvenes más afamados de España, el Primero, como por revolucionar Toro con vinos como su Colegiata. Y es que Manuel Fariña creyó desde el principio en el potencial de la zona y de su uva, la Tinta de Toro, y por ello fue adalid de un cambio en la línea de los vinos tradicionales, desde la viña hasta la botella.
Así, lo primero que hizo fue adelantar en tres semanas la recolección de la uva, lo que permitió el paso de unos vinos que rondaban los 17º de contenido alcohólico a otros de entre 13º-14º mediante el control de la temperatura en la fermentación, dando lugar a lo que fue denominado el “nuevo vino de Toro”.
Desde entonces, la bodega ha continuado evolucionando, siempre desde el respeto al terruño (sus más de 300 hectáreas de viñedo propio le permiten un control de producción integral), dándose a conocer a nivel nacional e internacional a través de la tercera generación Fariña, con su hijo Manu a la cabeza.