Un rosado con alma de tinto
La bodeguera ribereña María Luisa Cuevas daba a conocer ayer, a través de una cata online, su nuevo Ferratus Rosado, un monovarietal de Tempranillo con alma de tinto de la añada 2020.
Las uvas con las que está elaborado proceden de viñas con más de 20 años de antigüedad, ubicadas a 860 metros de altitud.
Tras un sangrado efímero a baja temperatura, un sutil trabajo sobre lías y una fermentación parcial en barrica, la propietaria de Ferratus, con la ayuda de su director técnico Emmanuel Ivars y todo su equipo, consigue un nuevo estilo de rosado que se aleja de las tendencias actuales.
Se trata de un vino con mucha personalidad. Un vino potente, con 14,5º de alcohol, que presenta un atractivo color coral; aromas de fresa y cereza que se mezclan con otros como el clavel, el geranio y la violeta; y un fondo de laurel, clavo y pimienta rosa. Su boca es inusual, densa, con una acidez muy equilibrada, armada y refrescante.