Por Raúl Serrano
La Godello es una variedad que gusta y que está de moda. ¿Pero realmente se sabe lo que se pide? Y es que seguramente muchos de esos clientes que piden una Godello no saben dónde ubicarla, cuál es su origen, esa DO Valdeorras que es cuna de la Godello, una variedad compleja y elegante que no puede caer en el error de ser solo la protagonista de una “moda pasajera”.
Para conocer un poco más sobre ella y su historia nada mejor que acercarse a Godeval, una de las pioneras en su recuperación gracias al proyecto Revival. Allá por los años 80 Horacio Fernández y José Luis Bartolomé, junto a la Extensión Agraria en Valdeorras, pusieron en marcha este proyecto que, en un momento en el que las variedades tintas mandaban, apostaron por la blanca Godello, variedad autóctona de la zona.
Ubicada en O Barco, con el entorno mágico del Mosteiro de Xagoaza y la sombra de las historias de los Caballeros de la Cruz de Malta siempre presente, Godeval fue la primera bodega de este pueblo. Sus viñedos de Godello, con entre 30 a 45 años, poco a poco han ido creciendo en extensión y en poco tiempo llegarán a algo más de 40 ha, repartidas en parcelas con nombre propio: La Graciosa, Liebres, Pancho Armontes y Ferredal, todas ellas diferenciadas y con una persona. Enmarcada en un microclima continental con influencia atlántica, cuenta con suelos sedimentarios, de tierra roja, esquistos y pizarra donde el calor del día se aprovecha por la noche, ayudando a la maduración de la uva.
Pero tenía que llegar el momento de pasar del viñedo a la copa y qué mejor manera que hacerlo a través de la cata de 4 añadas del Cepas Vellas de Godeval.
Godeval Cepas Vellas 2012
Una evolución bien llevada y que nos sirve como pistoletazo de salida para ver cómo envejece y se comporta la variedad con el paso del tiempo. Tal y como es la Godello, sigue contenida en nariz, marcando aromas de fruta blanca horneada, cáscara de naranja, fruta de hueso deshidratada, con un punto oxidativo y fondo de notas de panal. En boca todavía se hace presente la estructura de la variedad, con un punto graso en el recorrido y dejando que su acidez se ocupe de mantenerla aún viva.
Godeval Cepas Vellas 2014
Añada que sorprendió de principio a fin. De esos vinos que te atrapan por su complejidad desde el primer momento que lo llevas a nariz. Fruta madura y horneada, herbáceos, recuerdos de flor blanca y una profundidad mineral que te llena de recuerdos de pizarra, suelos ferrosos, arcilla roja y un complejo fondo de reducción. Boca que mantiene estructura, incluso viveza, con la fruta aún presente y un amable punto salino, untuoso. Acidez viva y retrogusto que incita a un segundo trago.
Godeval Cepas Vellas 2020
La añada 2020 se encuentra e en ese punto de inflexión en el que comienza la evolución. Y es que mantenía esa contenida intensidad de la variedad, con recuerdos de pomelo, manzana Golden, hierbas aromáticas y un agradable toque de hojarasca. En boca, al igual que en nariz, se muestra contenido, con la fruta más presente, la parte grasa de la variedad, una correcta acidez y un final largo de notas agrestes.
Godeval Cepas Vellas 2022
Añada actual para disfrutar ya, aún sabiendo que el tiempo en botella le hará crecer en todos los sentidos. Manzana blanca, fruta pequeña de hueso, punto cítrico, flores blancas y un conjunto agradable de hierbas de tocador y notas terrosas. Boca armada, con carácter, de trago ancho y largo, con estructura y una buena carga de fruta que se mantiene en el recorrido junto a un gran potencial mineral y herbáceo. Larga acidez comedida y delicada y un retrogusto largo que vuelve a pedir un poquito de calma y tiempo en botella.