Las bodegas del Grupo Rioja debaten sobre la necesaria evolución del modelo de clasificación riojano
El Palacio de Pobes en Casalarreina acogió la nueva edición presencial de la Jornada DIAM en la que se trató la necesidad de una evolución en el modelo de clasificación de los vinos riojanos, tomando como ejemplo a Champagne, escogido por su reconocida capacidad para generar valor.
Para ello se contó con la presencia del importador-distribuidor de Champagne Philippe Cesco y el joven sumiller valenciano Iván Sánchez, del restaurante riojano con estrella Michelín Venta Moncalvillo, que junto al director general del Grupo Rioja, Íñigo Torres, aportaron la percepción del mercado y de los consumidores sobre los modelos de clasificaciones de los vinos y su impacto en la creación de valor.
Los tres han coincidido en que el modelo de clasificación de Rioja creado en los años setenta y basado en el envejecimiento de los vinos ha resultado decisivo para posicionar a Rioja entre las grandes denominaciones de origen del mundo, pero que debe evolucionar para seguir creando valor.
Ésta es una temática de máxima actualidad, prioritaria dentro de los ejes estratégicos del nuevo Plan Estratégico de Rioja 2020-2025, documento que todavía no es público, pero cuyo contenido ha adelantado Enrique Porta, socio de la consultora KPMG responsable de la elaboración del Plan. Porta ha destacado que el objetivo para la región es “posicionarse como una de las regiones vitivinícolas más reconocidas por su calidad, singularidad y sostenibilidad”, para lo que la DOCa Rioja debe incrementar su inversión promocional a 4,2 euros por cada 100 l comercializados y no debe dejar pasar la oportunidad de recibir recursos europeos para desarrollar ámbitos críticos como “sostenibilidad, digitalización, apoyo y modernización de la Pyme, internacionalización, lucha contra la despoblación, desarrollo de la agricultura y recuperación del turismo de calidad”.
Por otro lado, el director general de la Federación Española del Vino, José Luis Benítez, expuso la preocupación por las políticas de salud pública y los intentos de las instituciones comunitarias y organismos internacionales por endurecer el etiquetado de las bebidas alcohólicas, incluyendo al vino y recalcó la importancia de un futuro sostenible y del certificado Wineries for Climate Protection, creado por la FEV, afirmando que es preciso ir más allá del criterio medioambiental, incluyendo los pilares social, económico y de gobernanza.