
“Dependiendo del material, la cápsula solo representa un 1% del
valor total del vino”
Por Alberto Matos
Concebidas en un principio para proporcionar higiene, estanqueidad y garantías de autenticidad, las cápsulas que protegen las botellas de vino aspiran hoy día a mucho más. La estética, sumada a los principios de sostenibilidad, definen actualmente las tendencias de un sector que Ramondin atiende desde hace ya más de 130 años.
Hablamos con José Miguel Munilla, consejero delegado de la empresa fabricante de cápsulas y tapones rosca sobre las preferencias presentes y futuras de bodegueros y consumidores.
¿Cuándo y con qué propósito comenzaron a utilizarse las primeras cápsulas en las botellas de vino?
Las cápsulas se comenzaron a utilizar en el siglo XVIII en las cortes europeas. Inicialmente hechas de cera, en el siglo XIX se introdujo el plomo debido a su mejor rendimiento a largo plazo, higiene y capacidad de sellado.
Su propósito principal era proteger los corchos, evitando la entrada de aire que pudiera afectar a la calidad del vino. Además, lo protegían de la humedad, suciedad y plagas. Por otro lado, era un elemento de seguridad para la nobleza y realeza, quienes utilizaban sellos reales o escudos en las cápsulas que prevenían posibles robos o falsificaciones por parte de los cortesanos.
Una vez embotellado, ¿en qué momento del proceso de elaboración se colocan las cápsulas en las botellas de vino?
Las cápsulas se colocan justo antes de que el vino salga al mercado, después del periodo de envejecimiento en barrica y botella en el caso de los vinos maduros, o inmediatamente después de poner el corcho en los vinos con mayor rotación.
Colocarlas al final permite a la bodega hacer una última inspección del packaging, así como asegurar que desde que el vino sale de la bodega -pasando por diversos medios de transporte, almacenamiento en diferentes entornos como barcos y almacenes, hasta su llegada a las estanterías de supermercados y consumidor final-, el corcho queda completamente protegido de múltiples riesgos de contaminación. Sin la barrera proporcionada por la cápsula, el corcho estaría directamente expuesto a la humedad, las bacterias y la suciedad de la cadena logística.
Desde un punto de vista estético, ¿cómo han ido evolucionando esas cápsulas hasta el momento presente? ¿Han evolucionado también desde un punto de vista funcional?
Desde un punto de vista estético, he visto cómo las cápsulas de estaño han evolucionado hacia acabados más sofisticados y premium. Un hecho notable es el regreso a los estilos clásicos, con acabados irregulares que imitan el lacre, algo que en Ramondin fuimos pioneros en popularizar en Estados Unidos en 1995. Además, hemos incorporado texturas en los materiales, con relieves, serigrafías espesoradas, gofrados y nuevas geometrías que ofrecen un toque creativo a las presentaciones finales. Los procesos de impresión también han avanzado significativamente, con efectos visuales como tintas UV/IR, estampaciones y colores combinados, lo cual no solo enriquece y eleva el diseño, sino que también genera una mayor atracción para los consumidores que valoran tanto la estética como la calidad del producto.
Desde la perspectiva funcional, las cápsulas han ganado un papel más relevante en el mundo del packaging, actuando como una garantía de autenticidad, higiene y seguridad. Según estimaciones de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO, por sus siglas en inglés), el impacto de la falsificación en la UE es considerable, con pérdidas totales en ventas que representan un 3,3% del consumo, cifradas en 1,3 mil millones de euros. En este sentido, la cápsula de estaño ofrece un plus como garantía antifalsificación, especialmente debido a que su producción se limita a pocos productores en Europa y es más difícil de falsificar. Conscientes de esto, nuestro sistema permite la trazabilidad del material durante todo su ciclo de vida y ofrecemos medidas especiales de última generación. Además, las cápsulas son cruciales para garantizar la higiene y seguridad del producto, un aspecto altamente valorado por los consumidores. Un estudio reciente de McKinsey muestra que, tras la pandemia, este factor se ha convertido en uno de los más importantes para el consumidor al decidir sus compras.
¿De qué manera se ha ido adaptando Ramondin a las nuevas necesidades del mercado desde su fundación en 1890? ¿Ramondin se adapta o propone también nuevas tendencias?
Claro, adaptarse o morir, y con 130 años en el mercado, definitivamente estamos haciendo algo bien. En gran medida, debemos agradecer a nuestros directores y al equipo de innovación, quienes son el motor del RMDGroup, así como a la continua colaboración con nuestros clientes.
Desde la adaptación y propuesta de alternativas en los materiales, como fue la transición de las cápsulas de plomo, Ramondin ha sido pionero en el desarrollo de la cápsula de estaño. Este material proporcionó una solución a una necesidad del mercado que no tenía alternativa en términos de estética, higiene y seguridad. A lo largo de nuestra historia, también hemos introducido nuevos acabados, tintas a base de agua y tecnologías avanzadas de antifalsificación para garantizar la autenticidad de los vinos. Como expertos en el estaño, disponemos de un amplio catálogo de geometrías que se adaptan a todo tipo de botellas, formatos y espesores, desde “dedales” hasta cápsulas o coiffes para vinos espumosos. También ofrecemos opciones en otros materiales como aluminio embutido, complejo o PET para vinos de gama media o estándar. Actualmente, y mirando hacia el futuro, nuestro enfoque está centrado en crear un elemento de packaging con el menor impacto ecológico y alta reciclabilidad posibles, lo que queda demostrado por nuestros reconocimientos de Ecovadis y FEV con las cápsulas de estaño, aluminio y nuestra gama en la cima del ranking con mayor reciclabilidad en botella.
Como complemento al portfolio de cápsulas de Ramondin, y aunque desde 2017 ya se había incorporado la producción de tapa rosca en planta, hemos dado un salto significativo con nuevas adquisiciones industriales, incluyendo Janson, INESA y los activos de Mala USA. Estas adquisiciones refuerzan la apuesta de RMDGroup por los cierres con su marca de tapa rosca Inspiral, adaptando la innovación y el conocimiento a esta nueva marca. Dentro de esta línea destaca la gama premium, que ofrece acabados y relieves similares a los del estaño, implementando el uso único en el mercado de tintas al agua.
En RMDGroup, seguimos comprometidos con el desarrollo de innovaciones futuras, tanto en cápsulas Ramondin como en tapa rosca Inspiral, demostrando una vez más nuestra pericia para liderar en el sector del packaging de vinos, siempre con un enfoque al cliente tanto en la sostenibilidad como en la calidad y garantía de servicio.
¿Qué es lo que se demanda ahora? ¿Qué tipos de materiales son los más populares?
Actualmente, la demanda se centra en materiales como el estaño debido a su lujo, sofisticación, adaptabilidad, y reciclabilidad. Este es el material preferido por bodegas que buscan brindar a sus vinos un acabado superior y mantener la autenticidad de sus productos más exclusivos. De hecho, según un estudio de Wine Business Monthly, las cápsulas de estaño son altamente valoradas tanto por los consumidores finales, relacionándolas directamente con packaging premium, como por las bodegas, por su adaptabilidad a todo tipo de botellas, garantizando así una presentación adaptable a todo tipo de botellas y con un acabado perfecto.
Por otro lado, el Ecap se ha consolidado como la opción ecológica preferida para vinos de alta rotación, gracias a su composición de tres capas de aluminio sin plástico, lo que reduce significativamente el impacto ambiental.
La versión Lite de ambos materiales también está ganando terreno, ya que ofrece una solución más ligera que reduce la huella de carbono, respondiendo a las demandas de mercados y clientes preocupados por el medio ambiente.
Finalmente, la tapa rosca Inspiral emerge como una solución de cierre práctica y eficaz, especialmente valorada por las nuevas generaciones que prefieren vinos de consumo rápido y frescos, rompiendo con la tradición en el mundo del vino y ofreciendo una nueva experiencia de consumo.
¿Existe alguna diferencia entre lo que se demanda en España y el resto del mundo? ¿Qué porcentaje de vuestros productos se destina a exportación?
Más del 85% de nuestra producción se destina a la exportación, lo cual subraya nuestro compromiso con la expansión global y nuestra cercanía a los mercados clave. Mediante la ubicación estratégica de nuestros centros de producción en naciones como Argentina, Chile, Francia, España y Estados Unidos, RMDGroup asegura un servicio eficiente y una prominente presencia en algunos de los principales mercados de consumo de vino del mundo. De hecho, cada segundo se abre una botella en el mundo con cápsulas y tapas rosca fabricadas en Laguardia.
Este contacto cercano con nuestros clientes nos permite responder rápidamente a las demandas y particularidades de cada región, mientras mantenemos la calidad, el servicio y la innovación características de Ramondin e Inspiral en todo el mundo.
¿Cuál es el compromiso de Ramondin con la sostenibilidad? ¿De qué manera lo materializa, por ejemplo, no solo con la elección de los materiales sino con la elección de las tintas?
Desde nuestros inicios, en Ramondin hemos basado nuestro enfoque en la innovación y la sostenibilidad, empezando con la novedosa introducción del estaño como material para cápsulas. Este material no solo brindó una solución estética y segura sin alternativas en aquel entonces, sino que también el know-how ha facilitado avances como el desarrollo de tintas al agua.
Con miras a un diseño más ecológico, Ramondin ha optado por el uso de monomateriales y monopiezas, asegurando así que los nuevos productos sean 100% reciclables y sin plásticos. Un logro relevante en esta dirección es la gama Ecap, que elimina el uso de plástico y se distingue como una evolución de las cápsulas tradicionales de complejo. Además, la clasificación otorgada por Ecovidrio y la FEV avala el liderazgo de las cápsulas de Ramondin en términos de reciclabilidad dentro del sector del packaging con los primeros puestos en el ranking.
En nuestro esfuerzo por ampliar y mejorar nuestro portfolio, estamos desarrollando nuevas opciones mediante la combinación de materiales como alupapel, PET o polietileno biodegradable. Nuestros productos en versiones Lite permiten reducir hasta un 80% la huella de carbono en el material, y la coiffe Ecap Lite bicapa logra una reducción del 55%.
En línea con estas innovaciones, Inspiral incluye la tapa rosca premium, optimizada con una versión que reduce compuestos orgánicos volátiles gracias al uso de tintas al agua.
A nivel interno, también hemos logrado muchos avances en RMDGroup, asegurando el reciclaje completo y el uso de materiales reciclados. Asimismo, nos hemos comprometido con el uso de energía verde y hemos conseguido un ahorro energético del 32%. Esta dedicación a la sostenibilidad está cimentada en un plan estratégico que busca el desarrollo de nuevas soluciones y la implementación de un plan de sostenibilidad para 2030, reflejando nuestro compromiso continuo con el futuro del planeta y de la industria del vino.
¿Cómo encarecen las cápsulas el precio final de un vino?
Dependiendo del material, la cápsula solo representa un 1% del valor total del vino. Para ser la líder oculta, el primer contacto del consumidor con el vino y principal garante de autenticidad e higiene, la comparativa no está nada mal. Y eso por no hablar del impacto en huella de carbono, que sigue siendo el más bajo en todo el ciclo de elaboración del vino.
¿Hacia qué futuro caminan las cápsulas en cuanto a diseño, composición, reciclabilidad y funcionalidades?
El futuro de las cápsulas está estrechamente vinculado a las preferencias del consumidor final. Las bodegas claramente entienden sus necesidades y objetivos. Hoy en día, los consumidores son más conscientes del impacto ambiental de sus decisiones y buscan productos más reciclables con una huella ecológica minimizada, alineados con normativas estrictas.
La tendencia, por lo tanto, se inclina hacia cápsulas y tapas más respetuosas con el medio ambiente, destacándose por su reciclabilidad a lo largo de todo su ciclo de vida, menor huella de carbono, y la eliminación de plásticos.
A nivel funcional, más allá del aspecto estético, se seguirá priorizando la higiene y la autenticidad del vino, asegurando así una experiencia confiable para el consumidor con cierres o cápsulas que actúan como garantía. En cuanto al diseño, se integran acabados más sensoriales, como texturas y acabados lacres, elementos visuales como tintas UV/IR, y funciones prácticas como elementos de trazabilidad o realidad aumentada.
¿Cuál sería la manera correcta de retirar la cápsula de una botella de vino?
Todo gran trabajo comienza con la herramienta adecuada. La clave está en contar con un cuchillo bien afilado y la calidad de la cápsula haría el resto. Eso sí, es importante que la hoja del cuchillo sea lisa y no de sierra, permitiendo así un corte preciso y limpio.
Respecto al lugar del corte, la tradición y nuestra recomendación es hacerlo justo por encima del gollete para mantener un toque elegante en la botella, que resulta estéticamente agradable. Pero, si prefieres hacerlo a tu manera o según tendencia actual, también puedes cortar justo por debajo del gollete. Cada opción tiene su estilo y ambas son válidas; ¡a fin de cuentas, la idea es disfrutar del vino!
Con amigos.
De Logroño a Haro, cualquier lugar.
Bodega con vistas a los viñedos. Hace poco estuve en una de ellas con la familia.
Una buena paletilla de cordero. El vino lo eliges tú.
La graduación de mis hijos.