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La Colección Juguetes Perdidos nace de la inquietud del enólogo Gonzalo Celayeta y de la empresa de branding Flat Brands.
Una oda a la nostalgia, a aquellos tiempos de nuestra infancia en los que una peonza, o unas canicas, eran suficientes para ayudarnos a crear un universo paralelo al de los mayores, un mundo en el que el tiempo se detenía y todo era diversión. Gonzalo quiere rendir un homenaje a su niñez, pero también quiere ir un poco más allá. Juguetes Perdidos quiere ser esa peonza, esa canica, con los que detener el tiempo y disfrutar como críos. En sus palabras “Es hora de pararnos, quitarnos los zapatos y empezar a caminar recordando qué es lo que realmente nos hacía felices”.
Tras un primer capítulo dedicado a la Graciano (representada por una peonza), nos llega la Chardonnay-canica. Un blanco sobre lías en barrica que, junto a un lado maduro, redondo y graso, es a la vez fresco y divertido. Como tu canica favorita, con la que siempre ganabas la partida del recreo.
