Oriol Castells, responsable del Departamento Técnico de Bodega Álvaro Palacio recogió el premio
Es un magnífico homenaje a los paisajes del vino de Gratallops, a esa La Baixada que es un viñedo al límite de la verticalidad y que se merecía tener su propia identidad, al margen de su participación en el ensamblaje de Finca Dofí. La parcela, plantada en las típicamente prioratinas terrazas escalonadas, sobre ese suelo de licorella que marca tan fuertemente la personalidad del vino, cuenta con Garnacha en sus partes más altas, y con Cariñena y alguna variedad blanca local, como la Cariñena Blanca, en su parte más baja. Un vino de parcela que reúne todas las uvas (tanto blancas como tintas) del viñedo y que en breve será considerado Viña Clasificada. La 2019 es su segunda añada, con la que Álvaro Palacios nos ha cautivado totalmente, consiguiendo nuestros 100 puntos gracias a un Priorato ejemplar, sutil y elegante.
El Camino Real
Así nos lo explicó Oriol Castells, responsable del Dpto Técnico de la bodega, quien destacó a La Baixada como una de las laderas más famosas de Gratallops. Formaba parte del Camino Real, el único que, durante siglos, comunicaba Falset y Gratallops. Barrancos que los arrieros atravesaban con sus caballerías una y otra vez, subiendo y bajando estas empinadísimas cuestas cubiertas de viña. Y entre todas ellas, la emblemática La Baixada, que se desploma durante 80 metros desde el Coll de Falset hasta el río Siurana, creando un maravilloso anfiteatro que es al tiempo viñedo y linde del Camino Real.
La magia de la licorella
El suelo de La Baixada es una gran mole de pizarra con varios diques de granito que la van cruzando, lo que en la superficie se traduce en forma de lajas de llicorella limosa. Formado hace unos 320 millones de años, su característico color rojo nos descubre un suelo perfecto para la vid, cuyas raíces penetran hasta las masas rocosas más profundas en busca de agua.
Viña Clasificada: a la espera
Álvaro Palacios ha estado luchando durante los últimos treinta años para conseguir esta clasificación, con el fin de “producir vinos amparados y garantizados por la Administración tanto local como europea”, garantizando que “el origen de estas uvas provienen exclusivamente de este viñedo y que además tiene un estatus de calidad muy especial”. Parece que su lucha comienza a dar frutos y dentro de poco La Baixada será “Vinya Clasificada”.
Sutileza y elegancia
Es elegancia y equilibrio en grado sumo. Un vino que recoge la sensualidad de la Garnacha, con la profunda mineralidad de su identidad prioratina, en un conjunto en el que nada sobra y nada falta, cautivador y consistente, en una construcción perfecta, de fina puntada, en la que todo encaja y perdura.