Por Manuel Herrera
Propietario de Finca Herrera Vinos y Viña Española Consultoría
Ya está todo brotando, por suerte, o brotado cuando lean estas líneas. Maravilla de primavera, pero tiene que llover. Lo importante es brotar y en esta primavera también va a ser importante votar. Sin duda, habrá que tomar un poco más de vino entonces, como hacen siempre los personajes de series y películas americanas. (Vean la película ‘Entre Copas’ si no la han visto ya...).
Allí llaman al vino por su variedad: “Un Chardonnay cariño (...)”, “prefiero un Pinot Noir, mi amor ( … )”. Me alegra verles disfrutar y publicitar el vino, pero hay algo que me pone muy nervioso. Cogen la copa con toda la mano por el cuerpo. No solo lo hacen estos actores, lo hacen casi todos, los presidentes americanos y europeos, muchos políticos y diplomáticos que, además, es gente que acostumbra a “alternar”. ¿Como puede ser? Fíjense, por favor. Si nos ponen una taza de té o de café bien caliente a nadie se lo ocurre no cogerlo por el asa, ¿verdad? Independientemente de ser algo armónico y estético y de, en algún caso, calentar el
líquido elemento, coger la copa por el cuerpo nos hace beber echando el cuello hacia atrás, cual gallina que bebe. A más de uno le va a dar un tirón.
Copas de fino cristal, copas de flauta, copas de formas que ensalzan algunas variedades y ¡zasca! Que bailen solos tallo y base, que vamos a agarrar bien la copa por el cuerpo, no sea que se nos escape… En Jerez , los “catavinos” son más pequeños normalmente, y muchos los cogen por la base y es elegante. Aunque ya sabemos para qué sirve la base: para poder dejar la copa en una mesa; el cuerpo está para que contenga el vino y el tallo para cogerla. No piensen que soy un finolis. Me encanta beber vino en vaso y, a veces, en bota o porrón.
Tomar unos chatos de vino en vaso en el bar del pueblo con una tapa es algo difícil de superar. Tomar vino de Ribeiro o Ribeira Sacra en “taza” es una delicia. prueben ustedes a tomar un par de dedos de vino en un vaso fino de sidra de los buenos, la verdad es que hacer esto relaja de tanta copa. Y también relaja tomar en copa o vaso una buena sangría bien fresquita, en días de calor. Por favor, háganla ustedes con un buen vino joven, siempre sin madera, gaseosa y limonada y trozos de fruta (melocotón, manzana, pera, uvas, naranja...), si es posible, sin azúcar. Prueben a hacerla también con vino blanco o espumoso y con unas gotitas del vermut de moda.
Las bebidas ya preparadas para mí merecen capítulo aparte, entrando en el apartado de las medicinas. Con el calor, la sangría es una buena y divertida manera de beber vino que no debe ofender a nadie sino todo lo contrario. He bebido vino con gaseosa en compañía de grandes del vino, tan ricamente, porque todo tiene su momento.
De modo que, cuando lleguen a casa, díganle a quien le toque: “¿Un Garnacha o un Malvasía, cariño? Que me muero de ganas de tomarme un vino contigo.”
Beban vino con alegría pero cojan, por favor, la copa por el tallo a no ser que estén pensando en María Antonieta. Eso sí, vigilen su dedo meñique. ;-) Voten y broten. Broten y florezcan. Y que tengan una muy buena primavera.