La DO Bierzo se renueva: 'Se trata de una revolución lenta pero inexorable, que nos permitirá seguir avanzando en el mercado del vino'
Por Alberto Matos
Renovarse o morir. Esa es la máxima que últimamente se están aplicando muchos consejos reguladores de España en un intento de satisfacer las nuevas exigencias del mercado. Eso es precisamente lo que sucede con denominaciones de origen como Rioja, Ribera del Duero o Cava, que han vencido sus resistencias a modificar –de manera más o menos contundente- sus respectivos pliegos de condiciones.
También se ha sumado a esa tendencia la DO Bierzo, tras ver aprobadas diversas modificaciones por parte de las autoridades pertinentes el pasado mes de agosto. En su caso particular y a grandes rasgos, estos cambios se resumen básicamente en cinco puntos:
1. Clasificación de viñedos en Unidades Geográficas Menores: Vino de Villa, Vino de Paraje, Vino de Viña Clasificada y Gran Vino de Viña Clasificada.
2. Incorporación de diez nuevos municipios.
3. Autorización de dos nuevas variedades de uva: Merenzao y Estaladiña.
4. Elaboración del tradicional clarete.
5. Posibilidad de elaborar monovarietales de Garnacha Tintorera.
Hablamos sobre estas reformas con Misericordia Bello, presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo. Empezasteis a trabajar en estos cambios en el año 2015, mucho antes de que se produjeran los cada vez más recurrentes desacuerdos que ahora estamos presenciando entre bodegas y consejos reguladores.
¿Qué os hizo adelantaros?
En nuestra denominación de origen no hemos tenido desacuerdos en ese sentido. Fue una iniciativa planteada por la Junta Directiva del Consejo Regulador en 2015 y apoyada por el sector, que se implicó en el proceso. Además, los cambios en el Pliego de Condiciones que posibilitan el reconocimiento de unidades geográficas menores son opcionales. Los bodegueros del Bierzo pueden ahora elegir entre seguir etiquetando los vinos bajo la denominación de origen, tal y como se venía haciendo, o bien adoptar esta nueva nomenclatura. Se trata de una revolución lenta pero inexorable, que nos permitirá seguir avanzando en el mercado del vino bajo los parámetros de la alta calidad y de la trazabilidad como garantía.
¿Os habéis inspirado en alguna otra zona productora para perfilar los cambios?
Más que inspirarnos, nos hemos documentado y hemos estudiado en profundidad ejemplos similares llevados a cabo en otras zonas como el Priorat. También conocemos cómo ha funcionado este modelo en otros países como Francia e Italia, y pensamos que era un formato idóneo para una zona de producción como la del Bierzo.
¿Cómo han acogido las bodegas esta nueva clasificación?
Lo han recibido muy bien. Desde la cosecha de 2017 ya hay un tercio que han iniciado el proceso de trazabilidad para poder acogerse a la nueva designación por unidades geográficas menores. El consenso ha sido total, y de hecho, las bodegas han colaborado activamente para poder llevarlo a cabo. Estamos muy satisfechos.
¿Por qué se decidió apostar por las actuales Unidades Geográficas Menores? ¿Qué representan?
La nueva normativa exigirá a los viticultores que se quieran acoger a las nuevas designaciones de unidades geográficas menores a reducir el rendimiento de la uva (kilogramos por hectárea) entre un 20% y un 35% del máximo fijado actualmente por la Denominación de Origen Bierzo.
La clasificación de viñedos repercutirá directamente en la mejora del precio del vino, de la uva y del viñedo; evitará el abandono de viñedos,
incentivará la plantación y recuperación de las parcelas en desuso que fueron viñedos en el pasado, y fortalecerá el sector vitivinícola del Bierzo. De esta forma, las bodegas que se quieran acoger a las nuevas designaciones geográficas menores aprobadas deberán modificar el formato de las etiquetas para informar al consumidor de la procedencia y tipología de los vinos, como “Villa de…” o “Paraje de….” , además de “DO Bierzo”.
La DO ampara ahora la producción de vino procedente de 10 nuevos municipios. ¿Por qué se ha decidido ampliar la extensión geográfica protegida? ¿Cuál es el vínculo de esas localidades con la tradición vitivinícola local?
Los 10 nuevos municipios acogidos por la DO Bierzo ya fueron zonas vitícolas en el pasado, pero abandonaron parcialmente su actividad por el auge de la minería. Ahora, pueden volver a sus orígenes. Todos los municipios, tanto los 22 que estaban inicialmente incluidos dentro de la zona de producción de la Denominación de Origen, como los 10 nuevos que se han incorporado, tienen características climáticas y de suelo similares que los hacen aptos para la producción de vinos de alta calidad. Poseen, además, las mismas variedades, marcos de plantación y unos sistemas de producción similares.
Se autoriza también el empleo de dos nuevas variedades de uva: Merenzao y Estaladiña, tanto monovarietales como coupages. ¿Cuál es su vínculo con el territorio?
Las dos variedades locales, Merenzao y Estaladiña, tienen un gran interés enológico y se vienen cultivando tradicionalmente en El Bierzo. Aportarán más singularidad a nuestros vinos.
Se aprueba igualmente la elaboración del tradicional vino clarete. ¿Qué características deberá reunir para ser certificado?
Efectivamente, el tradicional vino clarete también estará acogido por el Consejo Regulador y podrá beneficiarse de la marca Bierzo. El porcentaje de uvas tintas tendrá que estar situado entre el 40% y el 60%, mientras que el resto deberá ser uva blanca de cualquiera de las variedades autorizadas.
Ahora se permite la elaboración de monovarietales de Garnancha Tintorera. ¿Qué representa esta variedad en el territorio?
Es una variedad muy nuestra y queríamos potenciarla porque creemos que tiene su mercado. Su representatividad, no obstante, es baja, de alrededor del 2% de la producción total.
En su opinión, ¿cuál es el futuro de las denominaciones de origen?
Creo que las denominaciones son, hoy por hoy, el mejor garante de la calidad de los productos que representan. Si aunamos alta calidad garantizada y un mayor esfuerzo en la comercialización, iremos arañando cuota de mercado paulatinamente. La apuesta, al menos para nosotros, es la calidad. En este contexto, el papel que juegan las denominaciones de origen es imprescindible y con un gran futuro, obviamente.