
Por Manuel Herrera
Propietario de Finca Herrera Vinos y Viña Española Consultoría
Me gustaban esas tarjetas que hacían las bodegas y restaurantes incluyendo la calidad de las añadas por regiones, hace 30 años. Recuerdo que mi abuelo me las daba cuando íbamos a comprar vino a Pedro Santa Cecilia. Eran entretenidas, y en esa época se daba más importancia a la añada, de modo que para comprar algunos vinos de “guarda“ o para los que empezábamos a catar, -aparte de consultas familiares-, nos eran útiles.
También me contaba mi señor abuelo en esos años que llevaba Bodegas Alavesas que, en añadas especiales como las del 81 y el 82, había clientes muy buenos, especialmente grandes restaurantes madrileños que compraban vino en grandes cantidades y a buen precio; lo guardaban en nichos de la bodega, incluso lo encerraban a ladrillo para no ser ‘molestado’, y pasados unos años, hacían negocio con él vendiéndolo mucho más caro cuando escaseaban esas añadas. ¡Qué bonito, la verdad ! ¡Esa maravillosa crianza en botella!
Veías en algunas de esas tarjetas muchas ‘R’, de regular y, aunque pocas, algunas ‘B’, de buena. Buscabas las ‘MB’ y costaba encontrar las excelentes (‘E’). Míticas cosechas de Rioja, sobre todo, como las del 64 y el 81, que llegaron al 94, el 95..., y solo hablo del siglo pasado. También despuntaba Ribera, con esos años 86 y 89, y me refiero solo a estas DO porque me tocaban más de cerca familiarmente en esa época. En algunos casos, esas cosechas eran “inagotables” y duraban lustros. Sí, piensen ustedes mal, pero en las bodegas serias de verdad no quedaba una sola botella. Ahora los “nuevos” formatos de calificación de añada de muchas DO son una fiesta -supongo que antes era cuestión de los técnicos de las mismas, y de catadores fijos internos-.
Y me ha tocado de cerca ese cambio de formato desde hace años. Son una alabanza propia de la que no salen contentos del todo si sale ‘MB’. Tiene que ser excelente. ¿Cómo puede ser posible que una DO sólo haya tenido añadas ‘MB’ o ‘E’ desde su existencia? Y de todas estas últimas excelencias, ¿cuántas añadas gloriosas se recuerdan? ¿Nos hacemos un favor siendo tan poco críticos? ¿Qué opina el consumidor? El terrible 17, ¿es ‘MB’ en muchas partes de España?
Dejo aquí muchos interrogantes. Ya no me invitarán más a ninguna calificación de añada... Pero, ¿dónde están las explicaciones de los técnicos y los viticultores en esas calificaciones? ¿Dónde se explica cómo ha sido el año? ¿Se hacen demasiado pronto las calificaciones con los vinos tiernos y jóvenes? ¿Catan profesionales? Y si van estos, ¿no están un poco “comprometidos” por las circunstancias? La cata debería ser dirigida por los técnicos de la denominación.
No se puede catar sin una ficha en condiciones en la que solo puedas saltar de letra en letra (B, MB, E...) en vez de hacerlo de punto en punto. Habría que hacer medias de los catadores acreditados y consensuar con técnicos y viticultores y publicar el resultado en días, no en minutos.
Si de veras son necesarias estas calificaciones, se debe invertir en ellas y publicitarlas. Creo que el consumidor se merece el mayor de los rigores. Y, por favor, que no se den por aludidos los que lo hagan así, que lo mismo los hay.
Ya las tabernas de vinos no hacen esas tarjetas, y hay lugares donde puedes tomar excelentes vinos. Pero de eso hablaremos en el próximo artículo. No busquen la tarjeta que ya no hace falta, estén casi seguros de que están bebiendo Excelencia... Y estén tranquilos, que pronto llegará el ‘ME’, Muy Excelente. No puede ser de otra manera. Hay que elevar la Excelencia, aunque no recordemos ya las míticas porque hemos dejado que no existan. Las ‘E’ se nos quedan pequeñas... Buen final de verano y buenos chatos de vino, por supuesto, mis Muy Excelentísimos Lectores.