Representa las edades de un mismo vino. Es la Colección Tío Pepe Finos Palmas, compuesta por cuatro maravillas enológicas que muestran la capacidad de evolucionar en el tiempo del Fino de Jerez más universal: Tío Pepe. Son joyas del pasado que González Byass ha recuperado para mostrar al mundo unos vinos que, como define Manuel María González-Gordon en el libro “Jerez-Xerez-Sherry”, se distinguen notablemente por su limpieza, finura y delicadeza en el aroma.
La nueva saca de “Las Edades de Tío Pepe” ha estado muy influenciada por el año climatológico, marcado por un invierno templado y seco, seguido de un verano no excesivamente caluroso, circunstancias que han determinado que la flor tuviera una gran actividad y se mantuviera durante todo el año. En la búsqueda de estos vinos, que simbolizan la importancia de la labor de selección y clasificación en bodega, Antonio Flores, enólogo de González Byass, ha contado en esta edición con la ayuda de Peter Liem, reconocido experto a nivel mundial en vinos de Jerez. Ambos han recorrido las bodegas de González Byass para dar con aquellas botas que en función de los matices, singularidad y vejez del vino que guardaban han marcado a tiza con Una, Dos, Tres y Cuatro Palmas.
En resultado ha sido una nueva colección donde el estilo inconfundible de Tío Pepe está presente. Las botas seleccionadas de Una y Dos Palmas son un claro ejemplo de hasta dónde puede llegar la crianza biológica en dos finos que son ejemplo de los dos terroirs de Jerez: la viña y la bodega. Tres Palmas es sublime y marca esa delgada línea que separa la crianza biológica de la oxidativa. Por su parte, Cuatro Palmas muestra la capacidad de la Palomino Fino para envejecer con elegancia y nobleza.
Los pagos de Macharnudo y Carrascal expresan lo mejor del terroir de Jerez en este Fino intenso, salino, sápido y mineral. La solera, con más de 6 años de crianza biológica, la componen 139 botas de las que se han seleccionado la nº 79, 95 y 96, de la segunda planta de la Gran Bodega Tío Pepe.