MASAVEU BODEGAS
Varias DOs
Aunque la vinculación “oficial” de la familia Masaveu con el mundo vitivinícola comienza en 1974, cuando compra Bodegas Murúa en la DOCa Rioja, la pasión de esta saga familiar por el vino y el viñedo viene de muy atrás, ya que a mediados del siglo XIX la familia ya poseía plantaciones de viñedo en Castellar del Vallés, de donde era originario Federico Masaveu Rivell. Así, fue en esta zona de la provincia de Barcelona donde comenzó este vínculo que, un siglo más tarde, continuarían sus descendientes desde el norte de España, concretamente Asturias, donde acabó asentándose la familia y desde donde fue tomando forma la Corporación Masaveu a la que pertenece Masaveu Bodegas. Una trayectoria firme, basada en el respeto y el trabajo, que le ha llevado a estar presente en cinco indicaciones geográficas diferentes y a cuidar, con una clara vocación ecológica, sus 340 hectáreas de viñedo.
Filosofía de familia
Viñedo, Paisaje y Territorio. Una trilogía esencial para Masaveu Bodegas que es al tiempo el pilar de su filosofía empresarial y que, como nos comenta José Masaveu, director general de esta empresa familiar, nace de “nuestro amor por la tierra y por el mundo del vino. Nuestro afán de que los vinos expresen la personalidad de cada terroir, y se sientan y emocionen, como lo harían con una obra de arte”.
Vocación sostenible
El terruño es la base sobre la que se asientan los vinos de Masaveu Bodegas, y para que los vinos puedan transmitir esa fusión de suelo, viña y zona, en Masaveu Bodegas se apuesta por el camino de la sostenibilidad, del respeto por el medio ambiente. Así, nos explica su director general, “tres de nuestras bodegas ya disponen del sello Sustainable Wineries for Climate Protection y tienen el 100% de sus cultivos en ecológico; llevamos a cabo varios estudios y proyectos de investigación relacionados con la sostenibilidad y en cada una de nuestras bodegas tenemos un plan de sostenibilidad y mejora continua”.
El vino perfecto
Contando con presencia en algunas de nuestras zonas vitivinícolas más determinantes, estaba claro que ante la pregunta de cuál sería su vino perfecto, José Masaveu crearía un vino único, que aunara las virtudes de cada una de ellas. Así, “escogería la frescura, viveza y expresividad de los vinos blancos Albariños de Fillaboa en Rías Baixas; la elegancia, sedosidad y complejidad de los vinos de Bodegas Murua en Rioja; la personalidad, rusticidad y potencia de los vinos multiterroir de Bodegas Leda en Castilla y León; y la internacionalización y modernidad de nuestros vinos de Pagos de Araiz en Navarra”.
El resultado: un vino perfecto que sería, sin duda, Magnífico.