Suman ya seis las generaciones Gramona dedicadas a la vitivinicultura, una labor que realizan ininterrumpidamente desde mediados del XIX. Actualmente trabajan alrededor de 400 ha, si sumamos, a las 85 ha propiedad de la familia, las procedentes de Aliances per la Terra, la asociación de 12 viticultores históricos que encabezan y con la que siguen una filosofía de trabajo basada en la agricultura biodinámica. La variedad reina, la que hace posible las casi eternas crianzas de sus espumosos, es la Xarel·lo, mayoritaria en este Celler Batlle, que cuenta con más de 110 meses de crianza en rima con tapón de corcho. Como curiosidad, el licor de expedición que se añade, muy moderadamente a este Brut, proviene de una solera familiar con más de 100 años y es uno de los secretos mejor guardados de la casa. Las uvas proceden de la Finca Font de Jui (15 ha de Xarel·lo y 7,5 de Macabeo), representando Batlle este mismo paisaje en la botella. Un territorio marcado por el Río Anoia y la colina de Mas Escorpí con el concepto bordelés de château: parcelas multivarietales, situadas alrededor de la propia bodega, que dan la identidad a sus vinos.