
ÁSTER EL ESPINO 2020
Áster Bodegas y Viñedos - DO Ribera del Duero
Con El Espino, Áster, la hermana ribereña de La Rioja Alta, cierra su particular triángulo vínico en la Ribera del Duero. Un vino que, nunca mejor dicho, revela una visión diferente, complementaria diría yo, de la zona, apostando, frente al corte clásico de los vinos ampulosos, intensos y potentes que se identifican normalmente con la DO, por un corte de vino más elegante y equilibrado, en la línea de las nuevas tendencias de consumo en el mundo.
Un Ribera del Duero que, sin dejar de ser “Ribera”, ya que sigue siendo fiel a su terruño y sigue siendo perfectamente identificable, doma la opulencia en pos de la delicadeza, ofreciendo así la cara más actual y vibrante de la DO.
Toda una revelación en su primera añada que demuestra, más allá de enseñar este otro lado ribereño, el momento de plenitud y madurez que vive esta bodega.
El origen de El Espino
Julio Sáenz, enólogo y director técnico del grupo, nos explica cómo esta nueva referencia vínica de Áster nace desde ese viñedo con el que cuentan y que ya suma más de 40 años de vida desde que fue plantado en los años 80.
“Buscamos aquellos suelos que representaran la nueva tendencia de la Ribera, salirnos del clasicismo, de esos vinos potentes, estructurados y tánicos, para buscar el carácter más frutal, la frescura, vinos con la finura más presente. Para ello, hicimos una seleccion de nuestras parcelas en busca de esos suelos”. Así, Sáenz nos explica cómo los terrenos con más caliza, más calcáreos, aportan más acidez y finura al vino, frente a la arcilla, que se enmarca más en el camino de la estructura. Así que, mezclando los dos en su justo equilibrio surgió El Espino. “Nuestras 87 ha de Tinta del País están compuestas por un puzle de parcelas, laderas, orientaciones y suelos que aportan heterogeneidad y riqueza a los vinos. El Espino es una selección de parcelas de la Finca Áster -El Espino, Fuentecojo y El Picón-, que busca combinar vigor y elegancia, poder y delicadeza, terruño y distinción”. En su elaboración se busca, simplemente, “que la uva sea el carácter dominante, y para ello hace la maceración prefermentativa en frío, con remontados muy cuidadosos para no extraer mucho tanino agresivo y le damos una crianza de doce meses de roble francés”.
La añada 2020
El inicio estival fue fresco y húmedo, condiciones que regularon la carga de las cepas, reduciendo su producción. Ya adentrados en octubre, las temperaturas frías y secas, con una gran oscilación térmica día-noche, aseguraron una lenta y progresiva maduración y una cosecha calificada oficialmente como “excelente”.