María del Yerro, esposa de Javier Alonso, es la otra mitad de este proyecto familiar que nació en la Ribera del Duero en el 2002 y que como, dice ella, era el sueño de su marido. Javier deseaba crear su propia ilusión y así, cuando cumple los 50, “enrola” a su esposa en esta aventura ribereña que acaba de cumplir 20 años.
María se ha convertido en el alma de la bodega, convirtiendo el sueño de Javier en el suyo propio y consiguiendo llevar a los más alto a esta bodega que ofrece una Ribera diferente, basada enteramente en sus terruños. “El mejor Master en Viticultura fue estar durante 4 años guiados por Claude Bourguignon, un maestro que nos enseñó a conocer de verdad la importancia del suelo”.