El homenaje: Barón de Ley homenajea con este vino la figura de Martín Zurbano, héroe riojano del romanticismo español y el más ilustre propietario y residente de la finca en la que se se erige el monasterio de Barón de Ley. Más conocido como Martín Varea, combatió a las tropas de Napoleón en la Guerra de la Independencia española y luchó por los isabelinos en la primera Guerra Carlista, por lo que es premiado por la reina Isabel II con la finca de Imaz y el monasterio en 1839. Murió fusilado, defendiendo sus ideales, en 1845.
El paisaje: Se elabora con las uvas de Tempranillo y Garnacha de los viñedos de sus Fincas de Cenicero, Arenzana y Mendavia. Una parte del Tempranillo procede de Mendavia, en Rioja Oriental, de una parcela que pertenecía originalmente a la finca de Imaz, y la otra es de sus viñedos viejos de Cenicero, en Rioja Alta, que le aporta elegancia, frescura y finura. La Garnacha es de Arenzana, de viñedos viejos de altura, situados en el Alto Najerilla.
La elaboración: Tras la vendimia y selección manual en cada viñedo, trabajado siguiendo pautas de viticultura sostenible y reforzando la biodiversidad, las uvas llegan a bodega para realizar la maceración prefermentativa en frío. La fermentación es a menos de 25 ºC para conservar la frescura y se realiza por separado para cada variedad, antes de ensamblar. El vino se cría durante 12 meses en barrica de roble (1/4 es nueva), mitad americano y mitad francés.
El resultado: Un tinto en el que destacan sus notas de fruta roja fresca, que conviven con aromas florales, de monte bajo y aromas especiados del roble.
Cuenta con una boca fresca, de buena acidez, donde la fruta gana en presencia, acompañada de una agradable parte balsámica, manteniendo la parte especiada de la crianza.