
Por Eugenia Rubio
La Comisión Europea ha presentado ya sus anunciadas propuestas para afrontar el desequilibrio entre oferta y demanda en el sector del vino, con medidas dirigidas tanto a prevenir la formación de excedentes como a mejorar el consumo.
Entre las primeras figura la posibilidad de que los Estados miembros concedan ayudas nacionales a los viticultores para la destilación de vino (obligatoria o voluntaria), la cosecha en verde y el arranque de viñedo en casos de crisis justificados.
Más adelante definirá lo que se entiende por situaciones de crisis. Bruselas plantea también una mayor flexibilidad en el régimen de autorizaciones de replantación. En lugar de 3 años, las autorizaciones serán válidas por un período de 8 años, para que los productores dispongan de más tiempo para decidir qué variedades plantar o qué técnicas utilizar.
Por su parte, los viticultores con autorizaciones de nuevas plantaciones concedidas antes del 1 de enero de 2025, no sufrirán penalizaciones administrativas en caso de que decidan no utilizarlas. Tampoco las tendrán los titulares de autorizaciones de replantación que no las usen.
Además, los Estados miembros tendrán la posibilidad de limitar la concesión de autorizaciones de nuevas plantaciones en áreas específicas con exceso de oferta. Incluso podrán fijar en cero las nuevas plantaciones en esas zonas.