Por Vanesa Viñolo
Gran Canaria, Zamora, Txakoli y Méntrida-Toledo son las incorporaciones más recientes -en 2021 y 2022-, a la cada vez más atractiva y variada red de Rutas del Vino de España. El enoturismo se ha convertido en una de las mejores herramientas para conocer la riqueza de nuestros territorios, demostrando ser un turismo de calidad, preocupado por la sostenibilidad y que va mucho más allá de la mera visita a una bodega. Experiencias completas que engloban paisaje, cultura, gastronomía, arquitectura y vino, y que toman forma de ruta por algunos de los rincones más bellos y sabrosos de nuestra geografía.
Detrás de las Rutas del Vino de España encontramos a ACEVIN, la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN), miembro a su vez de la Red Europea de Ciudades del Vino (RECEVIN), que presidirá durante los próximos cuatro años. Así, Rosa Melchor, como presidenta de ACEVIN, ejercerá también como presidenta de RECEVIN, siendo la primera mujer que ocupa este puesto en su historia.
ACEVIN, formada en estos momentos por ciento catorce socios, surgió en 1994 con el objetivo de reunir ciudades y pueblos cuyo motor económico y social fuera la industria vitivinícola. Rosa Melchor, su presidenta y al tiempo alcaldesa de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) nos explica como “ACEVIN surge de la necesidad de muchos territorios vitivinícolas de no solo dedicarnos a la producción. Entendemos que solos somos muy poca cosa y sin embargo juntos podemos tener una capacidad de acción mucho mayor. De ahí nace ACEVIN hace 29 años y lo hace con unos conceptos visionarios y que ahora están de moda”.
Unos años después, en 2001, nace Rutas del Vino de España, marca que actualmente cuenta con treinta y seis destinos enoturísticos que abarcan prácticamente toda la geografía del país, agrupando a más de setecientos cincuenta municipios y dos mil doscientas empresas (casi setecientas de las cuales son bodegas), que reciben anualmente a más de tres millones de visitantes. Un club que ha crecido exponencialmente, como nos comenta su presidenta: “Cuando yo llegué a la presidencia en 2015 éramos veinticinco rutas y en la actualidad somos treinta y seis”. Para formar parte de este selecto grupo, respaldado por instituciones como la Secretaría de Estado de Turismo, TURESPAÑA o el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, hay que seguir escrupulosamente un manual de producto basado en la calidad, asegurada mediante auditorías cada dos años. De entre esas casi cuarenta rutas enoturísticas hemos seleccionado las últimas incorporaciones, aquellas que han conseguido formar parte bien en este año, bien en el 2021: Méntrida-Toledo, Txacoli, Gran Canaria y Zamora. A ellas se sumará en breve Uclés (Cuenca).
La Ruta del Vino de Méntrida-Toledo
Es, junto a la de txacoli, la última incorporación a las Rutas del Vino. Una nueva ruta que discurre por el territorio de la D.O. Méntrida, en la provincia de Toledo, y que engloba once municipios: Méntrida, Torrijos, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán, Escalona, Maqueda, Montearagón, Fuensalida, Carmena, Quismondo y Nombela.
La ruta permite conocer esta zona manchega a través de su riqueza patrimonial, ya que cuenta con castillos como el de la Vela en Maqueda o el de Escalona y conjuntos monumentales como el de las localidades deTorrijos, con la villa ducal protorrenacentista de Teresa Enríquez, o Méntrida, con sus cuevas centenarias. Otra opción es recorrer los rincones descritos en El Lazarillo de Tormes, hacer la parte levantina del Camino de Santiago, que discurre por algunas de sus localidades, o el Camino del Santuario de Guadalupe.
Para los amantes de la naturaleza, la Dehesa Berciana, los alrededores del río Alberche o las Barrancas de Burujón son excelentes opciones. Todo ello, sin olvidar el principal activo de esta ruta, sus bodegas y vinos. Bodegas enclavadas en maravillosos edificios históricos, como Alonso Cuesta, situada en el interior de la Torre de Esteban Hambrán (palacio del siglo XVI) o aquellas que mantienen la tradición de sus elaboraciones, como Luis Mariscal y sus tinajas de barro de principios de siglo XX; ubicadas en parajes naturales espectaculares, como Arrayán, o tan sostenibles como Finca Constancia, son solo algunos de los ejemplos de lo que podremos difrutar en Méntrida y su entorno.
Ruta del Txacoli
Aprobada en la última asamblea de ACEVIN, la Ruta del Txakoli se extiende por el territorio alavés de la comarca de Ayala y Alto Nervión (Aiaraldea), a través de los municipios de Aiara (Ayala), Amurrio, Artziniega, Laudi (Llodio) y Okondo (Oquendo), además de por los municipios vizcaínos de Orduña y Orozco.
La comarca de Ayala es la única de la provincia de Álava en la que el clima y la orografía permiten producir txakoli, un vino cuya tradición se remonta al siglo IX, popular sobre todo entre los agricultores del valle de Ayala, particularmente en Amurrio, Ayala y Llodio. La palabra txakoli, según los investigadores, significaría “vino de caserío” o “vino que se hace en el caserío”. Derivaría del euskera etxakoa (el hecho en casa), que habría evolucionado a etxakon (convecino de la casa) para llegar al término txakon, y finalmente, txacolin o chacolin. Al recorrer esta comarca, el enoturista descubrirá la cultura relacionada con este singular vino elaborado en el País Vasco y su rico patrimonio cultural, como la monumental Quejana o los cascos históricos de Orduña y Artziniega, con sus edificios señoriales y palacios.
Respecto a sus espacios naturales, se puede disfrutar de la Sierra Salvada, ideal para practicar turismo ornitológico y que puede recorrerse a pie gracias al GR-284 Camino de la Sopeña. Las panorámicas por excelencia en la comarca son: el Mirador del Nervión (en época de deshielo se observa una cascada de unos 300 metros) y el pantano de Maroño.
Visitas a bodegas, como la histórica Torre de Murga o el Señorío de Astobiza, queserías y caseríos vascos, paseos entre viñas, recolección de setas o deportes de aventura, son otras de las muchas opciones para disfrutar de esta ruta en la que no podrá faltar la rica gastronomía vasca, con sus pintxos como bandera.
Ruta del Vino de Gran Canaria
Puede parecer extraño, pero a pesar de la indudable riqueza vinícola y atractivo turístico con el que cuentan nuestras islas, entre todas ellas ( Archipiélago Canario y Baleares) solo hay certificada, actualmente, una ruta, la de Gran Canaria, aunque está en proceso la incorporación de la de Lanzarote.
La Ruta del Vino de Gran Canaria es una propuesta enoturística que abarca todo el territorio de la isla de Gran Canaria, coincidiendo con el área de protección y producción de la Denominación de Origen Gran Canaria. A través de esta ruta se puede conocer la historia y las singularidades vitivinícolas de este territorio, de sus tierras y vinos volcánicos, que cuentan con una marcada personalidad y que son un importante foco de interés de ese turismo “volcánico” que está tan de moda. Y es que Gran Canaria esconde una riqueza sin igual, desde el lado norte de su costa, con sus vertiginosos acantilados, hasta el sur y sus paradisíacas playas de arena rubia. En el interior de la isla encontraremos diferentes ecosistemas repartidos entre barrancos y lomas, y que varían a medida que se asciende, pasando de plantas suculentas y fauna invertebrada a bosques con una avifauna fascinante.
Su orografía, las condiciones climatológicas distintas y los tipos de suelo con los que cuenta son los tres factores medioambientales que van a definir el escenario de los paisajes de viñedos en Gran Canaria, en el que destaca, al tiempo, una riqueza varietal única. Podemos disfrutar de sus vinos y acercarnos a su historia vitivinícola visitando alguna de sus bodegas, como la de San Juan, que cuenta con un museo del vino, o la preciosa Finca Escudero y sus viñedos, por ejemplo. Si a todo ello le sumamos su rica gastronomía local, representada por los populares bochinches, el plan no puede ser más atractivo.
Ruta del Vino de Zamora
Desde 2021 esta ruta por tierras vitivinícolas zamoranas y salmantinas se suma al elenco de rutas del vino, con una propuesta enoturística que abarca un extenso territorio de la provincia de Zamora y parte del norte de la de Salamanca; un paisaje marcado por el río Duero, que recorre casi 1.800 kilómetros cuadrados, repartidos en 56 municipios (46 zamoranos y 10 salmantinos, incluidos estos últimos también en la DO Tierra del Vino de Zamora) y que tiene su origen en la comarca tradicionalmente denominada Tierra del Vino.
El nombre de esta comarca, donde el cultivo de la vid fue, hasta bien entrado el siglo XX, el principal sustento de la economía rural, deriva precisamente, de su abundancia de viñedos, tradición que ha dejado un importante poso cultural y etnológico. Esta nueva ruta del vino complementa a las otras que ya existen en la provincia zamorana: la Ruta del Vino de Toro y la Ruta del Vino de Arribes (que también transcurre entre Salamanca y Zamora) y se suma a las ocho que, hasta ahora, podíamos disfrutar en Castilla y Léon.
Ha creado numerosas experiencias, adaptadas a todos los perfiles de enoturista, desde los que viajan en familia, hasta aquellos que van en pareja o con amigos, en las que aúna el vino con otras artesanías locales, como sus tradicionales chocolates y quesos, o en las que incorpora la diversión con un espectáculo de magia mientras se catan los vinos. Podemos escoger también alojarnos en una bodega-posada, la Posada del Buen Amor, o simplemente visitar bodegas como Viñas del Cenit, que cuenta con viñas con más de 80 años de antigüedad.
Todo ello sin olvidar su riqueza patrimonial, cultural y natural. En Zamora capital podemos encontrar edificios de gran valor, que recorren desde el Románico de los siglos XI y XII hasta el modernismo del siglo XX, a los que se suma el arte urbano de grafitis y murales que representan la cultura y etnografía de su provincia.
Por la comarca transcurre parte de la Vía de la Plata y Camino de Santiago del Sur, importante enclave de comunicación construido en la época romana para enlazar el sur de la Península con la zona norte. Esta ruta jacobea incluye muchos de los municipios de la Tierra del Vino, como Cubo de Tierra del Vino, Villanueva de Campeán, Entrala o la propia ciudad de Zamora, llamada Ocellum Durii (los ojos del Duero) por los romanos.
La ruta incluye también localidades de gran interés patrimonial como Moraleja del Vino, Fuentesaúco, Santa Clara de Avedillo o Casaseca de las Chanas.
Tampoco hay que olvidar su rico folklore, como la celebración del “magosto” en noviembre, durante el que se asan castañas para vencer las bajas temperaturas. O la matanza en diciembre, con el sacrificio del marrano.
La fiesta del Mayo es tradicional en muchos puntos de la comarca. De herencia pagana, en ella se exalta la vida y la fertilidad. Las mascaradas de invierno, las águedas por las candelas, los encierros y las tradiciones taurinas así como sus múltiples romerías y festividades completan la oferta cultural de la zona.
Po último, hay que señalar la reconocida Semana Santa de Zamora capital, declarada de Interés Turístico Internacional desde 1986. Es una de las más antiguas y prestigiosas de España y cuenta con una imaginería de gran valor artístico y patrimonial.
Aranda de Duero, Ciudad Europea del Vino 2022
Aranda es la capital del vino de la Ribera del Duero, una ciudad llena de historia que durante este 2022 alberga además, la capitalidad de Ciudad Europea del Vino, una iniciativa creada desde la Red Europea de Ciudades del Vino (RECEVIN) y en la que cada año se selecciona una ciudad relacionada con la producción y la cultura vitivinícola, ubicada en alguna denominación de origen.
RECEVIN, nos explica Rosa Melchor, su presidenta desde el pasado mes de junio y hasta 2026, “es una red que está formada por tres organizaciones: la española, portuguesa e italiana; entre todas sumamos unas setecientas ciudades. Estamos colaborando con la Organización Mundial del Turismo y hemos elaborado un libro sobre las rutas del vino a nivel mundial, aportando siete rutas del vino España. Durante nuestro mandato nos hemos propuesto por un lado, conseguir consolidar nuestras relaciones con el Parlamento Europeo, para tener algo de capacidad de influencia en Bruselas. Y por otro lado, crecer, queremos que se nos una Francia, por ejemplo”.
Centrándonos en Aranda de Duero, que aplazó su capitalidad por la pandemia (estaba prevista en 2020), durante todo el 2022 ha protagonizado numerosas acciones y actividades con el mundo del vino como protagonista, encaminadas a dar a conocer el patrimonio, el paisaje y la gastronomía arandinas. En la recta final de su capitalidad, celebró el Día Mundial del Enoturismo el pasado 7 de noviembre con un fin de semana repleto de actividades, como visitas gratuitas a bodegas, actividades relacionadas con el vino y los viñedos y rutas guiadas para conocer el patrimonio de esta ciudad del vino. Una de las opciones más atractivas es la que se centra en su red de cuevas subterráneas, utilizadas para almacenar el vino del que fue el gran centro productor de vino del norte de España en el siglo XVI. Un conjunto bodeguero impresionante que llegó a extenderse a través de ocho kilómetros y medio de túneles y naves. En 1752, por ejemplo, está datado que su número superaba las 300 bodegas, formando un impresionante entramado intercomunicado entre sí. Actualmente Aranda cuenta con 7 km excavados a más de 9 metros de profundidad y con casi una veintena de bodegas subterráneas en activo.
En datos
El enoturismo es un valor en alza, un tipo de turismo que aporta valor a zonas rurales y potencia su economía y cultura. Para contar con datos analizables sobre el mismo, desde Rutas del Vino de España se creó el Observatorio Turístico Rutas del Vino de España, cuyos datos son los que utiliza TURESPAÑA y la Secretaría de Estado de Turismo. El observatorio elabora dos tipos distintos de informes, uno sobre la oferta y otro sobre la demanda. El informe sobre la oferta aporta datos como la cifra de visitantes, el gasto medio, el impacto económico o las rutas más visitadas. Por su parte, el informe sobre la demanda se centra en el perfil del enoturista (edad, sexo, forma de viajar, intereses con los que acude a las rutas, etc.) y permite hacer un modelo claro del tipo de turista que visita las Rutas del Vino de España. El último informe, el de 2021, es especialmente relevante, ya que se corresponde con los meses de reactivación del turismo tras el confinamiento provocado por la COVID-19, y en él se muestra una recuperación del sector. Se ha experimentado un crecimiento de 11,07 euros de gasto medio respecto al estudio anterior, situándose en 173,12 euros por persona y día. Esta cantidad continúa siendo superior a la del turista general extranjero y al nacional. Otros datos extraídos del mismo son que cada vez son más quienes pernoctan en destino, que se sigue viajando mayoritariamente en pareja y que casi el 60% de los viajeros son mujeres. Respecto al transporte utilizado para realizar estas rutas, que se planifican sobre todo de modo online, sigue siendo el coche particular el abrumador medio escogido, y suelen visitarse como media algo más de 2 bodega por viaje.
Pero no solo se visitan bodegas, el turismo vitivinícola se complementa con visitas a localidades, museos del vino, restaurantes, compra de vino y degustaciones, etc. Y es que el enoturismo se ha revelado como una de las líneas más completas a la hora de potenciar la economía de las zonas rurales. Ensambla a la perfección muchas de las experiencias que busca el viajero (gastronomía, descubrir el territorio, historia, museos, actividades, naturaleza, etc.) y es una de las iniciativas más acertadas para el desarrollo del mundo rural. Para premiar, precisamente, aquellas empresas que han apostado por el mismo, en 2011 se crearon los Premios de Enoturismo Rutas del Vino de España. De carácter bienal y sin dotación económica, en ellos pueden participar todos los miembros de las Rutas del Vino de España. La próxima edición, que será ya sexta, contará con un total de 14 categorías, entre ellas por ejemplo, la que premia al Mejor Destino Enoturístico Sostenible y Responsable o aquella que destaca la Protección y Puesta en Valor del Patrimonio.Y es que estos galardones han ido evolucionando al mismo tiempo que el propio turista, estando especialmente sensibilizado en la actualidad con la accesibilidad, el medio ambiente y la preservación del patrimonio.