
Bodegas Ochoa elabora vino y lo vende desde 1845. Actualmente trabaja en ella su sexta generación, con Adriana y Beatriz al frente de un equipo de 16 personas. “Ochoa es nuestro apellido y nos representa en cada una de nuestras botellas de vino y aceite”, destaca Beatriz.
Adriana es enóloga y trabaja en el proceso que va desde la cepa a la botella mientras que Beatriz gestiona todo lo que va desde la botella al mercado. “A partir de los años 80 y 90, la bodega creció en nombre, calidad y hectáreas hasta lo que tenemos hoy. Es gracias a la quinta generación, formada por Javier y Marivi, que hoy estamos en este lugar”, añade.
Los vinos Ochoa provienen de 145 hectáreas de viñedo, de las cuales 115 hectáreas son tintas y están en cultivo ecológico. También dispone de 58 hectáreas de olivos propios en cultivo ecológico para elaboración de aceite de oliva virgen extra. Para Bodegas Ochoa, la tradición en casa siempre ha sido importante, “pero también el afán por mejorar.
Creemos en una revolución tranquila y así es como hemos logrado mejorar en varios niveles”:
Tecnológico. Según la familia Ochoa, la tecnología forma parte de su genética. “Nos gusta investigar para sacar los mejores vinos. Esta investigación la entendemos como un estudio de la naturaleza para aprender y sacar lo mejor de ella. Así, fuimos la primera bodega en España en hacer un I+D en 1994, y desde entonces nos ha servido para sacar nuevos vinos como el MdO Moscato de Ochoa o hacer un
cambio en nuestros cultivos a ecológico”.
Humano. En este ámbito, Beatriz destaca que “se da una mayor profesionalización, aunque al ser empresa pequeña siempre hay momentos en que todos echamos una mano donde sea necesario. Así, en vendimia, el equipo comercial viene a ayudar y a aprender y el equipo de bodega nos ayuda en la atención al público en nuestras jornadas de puertas abiertas”.
Generacional. Hemos pasado por un cambio generacional donde siempre se hacen cosas de manera diferente a la anterior.
“Mis padres acudían a los mercados a ferias para promocionar los vinos con mucha anticipación. Hoy, el transporte es inmediato y puedes organizar un viaje a Japón en un mes. Esta inmediatez se está volviendo más habitual”.
La bodega Ochoa está presente en 25 mercados; exporta la mitad de la producción, que en total se cifra en un millón de kilos de uva. Más tarde, la transforma en unas 600.000 botellas de vino. “Tenemos potencial de crecimiento en vinos tintos, aunque también está pegando fuerte nuestro Moscato de Ochoa, un espumoso de baja graduación”.
Como proyectos a futuro, persigue mejorar la oferta turística realizando eventos y actividades de enoturismo y dedicar más tiempo y esfuerzo a la juventud. “Debemos aprender lo que les gusta y ofrecer vinos que se ajusten a lo que esperan sin abandonar la calidad”, asegura Beatriz Ochoa. Además, el cultivo ecológico lo tiene muy presente, mejorando el medio ambiente y favoreciendo la economía local.