
La DO aragonesa pone en relevancia su poderoso patrimonio de viñas viejas de Garnacha
Por Vanesa Viñolo
Desde hace años la DO Campo de Borja ha focalizado su mensaje en su uva reina, bajo el eslogan El Imperio de la Garnacha. Y es que en esta denominación de origen aragonesa el 54% de su viñedo, que se corresponde con unas 6.000 has de viñas, está plantado con garnacha. Sin embargo, ese imperio de la garnacha era mucho mayor, ya que en los años 90 el 95% del viñedo de Campo de Borja era garnachero. Esa pérdida, además, se ha centrado, desgraciadamente, en los viñedos tradicionales, en vaso o plantados en zonas de montes.
Con el fin de poner en valor, preservar y proteger sus viñas viejas de garnacha, la DO ha puesto en marcha este proyecto, único en España, que ha culminado en la reciente modificación de su pliego de condiciones, en el que se señala una categoría, la de Garnachas Históricas, que acoge a aquellas viñas de esta variedad con más de 35 años de vida.
Así, desde el pasado mes de noviembre del 2024, se permite una mención en el etiquetado para identificar y destacar los vinos elaborados a partir de Garnachas Históricas. Esta denominación se refiere a viñedos específicos y parcelas de gran antigüedad, reconocidos por su valor cultural y enológico.
El proyecto es un grupo operativo formado por Ainzón, Aragonesas y Borsao, bodegas que suman el 95% del viñedo acogido a la DO, formado mayoritariamente por garnacha tinta.
Esta especial protección a sus garnachas históricas tiene una base científica y no solo “romántica” o paisajística. Y es que las viñas viejas de garnacha han demostrado una adaptación al medio geográfico y al clima extremo (a ese viento Cierzo que caracteriza la zona y a su apremiante sequía, principalmente) excepcional, por lo que aprovechar esa mutación genética es imprescindible para el futuro de su vitivinicultura.
Durante una didáctica cata, dirigida por José Ignacio Gracia, director técnico y secretario de la DO Campo de Borja, aprendimos sobre la diversidad de sus garnachas, catándolas en grupos según la subzona en la que se encuentran sus viñedos, desde la zona baja de la ribera del Ebro (Agón, Magallón, Pozuelo de Aragón), hasta la zona media (Borja, Aiznón, Fuencejalón) y la zona alta, conocida como el Somontano del Moncayo (Vera del Moncayo, Tabuenca, Ambel). Diferentes altitudes, diferentes suelos y diferentes estilos que nos sirvieron de más que representativa muestra de todo lo que encierra este “imperio”.