
“Me gustaría ver en un futuro vinos bajos en alcohol o sin alcohol certificados por la DOCa Rioja”
Por Alberto Matos
Pasó su infancia correteando entre las barricas de la bodega, en pleno corazón de Cenicero, y tras una ausencia necesaria para estudiar Administración de Empresas y Derecho en Madrid, regresaba a sus raíces para continuar, junto al resto del equipo, con un legado familiar que oficialmente ponía la primera piedra de sus cimientos en 1890, si bien su historia se pierde mucho más atrás en el tiempo.
Hace poco más de cuatro años asumía la presidencia de Bodegas Riojanas, hoy convertida en un grupo empresarial que cotiza en bolsa y que cuenta con bodegas propias en otras zonas productoras como Rueda, Bierzo y Toro (Viore), Toro (Torreduero) y Veiga Naúm (Rías Baixas). A ellas se suman las de Monterrei (Gargalo) y Ribera del Duero (Hacienda Miguel Sanz), con las que Bodegas Riojanas mantiene acuerdos estratégicos.
Desde que asumió el cargo, Santiago Frías trabaja incesante no solo por preservar los valores tradicionales que a lo largo del devenir de los tiempos han hecho de Bodegas Riojanas una pieza fundamental de la DOCa Rioja, sino por diversificar su oferta para adaptarse a los nuevos tiempos mientras apuesta también por la sostenibilidad y la apertura de puertas al enoturismo.
Hablamos con él en su despacho a finales de agosto, en una mañana gris que parecía anticipar unas lluvias que acabarían llegando días después para alivio de los campos.
¿De qué manera trata Bodegas Riojanas de satisfacer las diferentes necesidades de los distintos mercados en unos tiempos en los que se demandan múltiples perfiles?
Cada una de nuestras bodegas trabaja para cubrir las preferencias de cada tipo de consumidor. Por ejemplo, en Rioja estamos más centrados en los reservas y grandes reservas, dirigidos especialmente a los consumidores más clásicos sin renunciar por ello a los nuevos consumidores. Ese es el motivo por el que de Monte Real tenemos una línea más clásica y otra menos tradicional que, entre otras cosas, concede mayor protagonismo a la variedad.
En Rueda nos dirigimos sobre todo a un público más joven, que no planifica su consumo, de modo que es más fácil encontrarlo en las barras de los bares y en restaurantes más informales.
En Bierzo, por su parte, con variedades como la Mencía, buscamos consumidores más ocasionales, que disfrutan probando cada vez vinos diferentes.
Asimismo, en Rías Baixas, nuestra bodega es más bien pequeña, por lo que prácticamente toda la producción se destina a la exportación. Quienes consumen estos vinos suelen ser muy fieles y les gusta disfrutarlos con pescados y mariscos.
Esos mismos mercados piden cada vez más vinos blancos, que en los últimos tiempos experimentan un crecimiento sostenido. Vuestro portfolio en Rioja cuenta principalmente con vinos tintos, entre los que los vinos blancos representan un modesto porcentaje. ¿Cómo afronta Bodegas Riojanas el auge de los vinos blancos, especialmente en su bodega matriz?
Nosotros contamos con viñedo blanco anterior a la normativa que en Rioja prohibía su plantación en las décadas de los setenta y ochenta. Es, por tanto, un viñedo viejo, considerado como tal por el propio Consejo Regulador.
Un Consejo Regulador que este año ha autorizado el injerto de blanco sobre el pie de cepas tintas, por lo que este proceso es mucho más rápido.
En nuestro caso, cuando nos ha tocado plantar, lo hemos hecho con variedades minoritarias como la Tempranillo Blanco, porque nos gustan mucho los resultados que ofrece.
Otra tendencia que cada vez cobra mayor fuerza es la del consumo de vinos bajos en alcohol o directamente sin alcohol. ¿Estás trabajando para adaptaros a este nuevo nicho?
Aunque parezca reciente, lo cierto es que esta tendencia comenzó a forjarse tiempo atrás. Hace quince años primaban los vinos con una graduación alcohólica de 14,5º o 15º. Si no eran así, no eran buenos vinos. Ahora se tiende hacia graduaciones más bajas, aunque yo creo que esto es como un péndulo, que va de un extremo al otro periódicamente.
Yo no veo mal que haya vinos bajos en alcohol o sin alcohol. Cuando salieron las cervezas sin alcohol, todos coincidíamos en que eran horribles y hoy muchos las consumimos en determinados momentos.
En este sentido, es verdad que el conjunto del sector del vino -consejos reguladores, bodegueros, prensa…- se muestra inmovilista y reticente a esta moda. Una actitud que en mi opinión se traduce en una pérdida de oportunidades. Si somos capaces de darle al producto un gusto adecuado -que nunca será como el de un blanco o un tinto- nos pasará como a la cerveza.
Es decir, ese tipo de vinos se consumirán en determinados momentos, como antes de conducir, porque permitirán al consumidor socializar evitando los riesgos del alcohol.
Si no lo hacemos, ya no solo la cerveza sino los destilados sin alcohol o bajos en alcohol -que ya se han subido al carro- serán quienes salgan ganando.
Es por eso que, particularmente, me gustaría ver en un futuro vinos bajos en alcohol o sin alcohol certificados por la DOCa Rioja. Y por otras denominaciones, por supuesto.
En nuestro caso, estamos investigando a nivel interno este tipo de vinos o como se les quiera llamar, porque es verdad que hay mucha gente que está en contra de que se les llame así. Cuando estemos convencidos del producto conseguido, nos plantearemos qué hacer con él, aunque nuestra filosofía es la de trabajar siempre con la DO.
¿Crees que esta será la solución para acallar a los movimientos internacionales que demonizan al vino por su contenido en alcohol?
En realidad, es la Organización Mundial de la Salud (OMS) la que propone esa reducción o supresión del consumo de alcohol, y lo hace alentada por determinadas fundaciones y determinados países, que son quienes la financian.
En todo caso, parece que el vino es el enemigo a batir, porque nadie duda de que el consumo de destilados puede ser perjudicial para la salud. Sin embargo, en este caso no se tiene en cuenta que forma parte de la Dieta Mediterránea que, con sus recomendaciones de consumo responsable, contribuye a que los países que la practican cuenten con una de las mayores esperanzas de vida del mundo. Eso por no hablar de otros matices como su influencia positiva en el arraigo social y en la economía.
A mí me parece bien que el consumidor esté informado. De hecho, el sector está trabajando en un etiquetado electrónico que facilitará toda la información necesaria, como ingredientes, avisos, factores nutricionales, etc.
La sociedad también parece estar cada vez más concienciada con el hecho de que los productos que consume deben estar elaborados de manera sostenible. Hace unos meses, Bodegas Riojanas recibía el certificado Wineries for Climate Protection (WfCP). ¿Qué os ha hecho merecedores de esta distinción?
Hasta ahora, el certificado que mencionas se centraba en el reconocimiento de las acciones realizadas por las bodegas desde el punto de vista de la sostenibilidad medioambiental. Recientemente, este certificado se ampliaba para contemplar la sostenibilidad también desde otros ángulos, como el social, laboral, corporativo…, y pasaba a denominarse Sustainable Wineries for Climate Protection (SWfCP).
En este momento, Bodegas Riojanas se encuentra en pleno proceso de transición hacia ese nuevo sello, que esperamos obtener a finales de este año como muy tarde.
Este tipo de reconocimientos no solo nos ayudan a continuar mejorando sino que también contribuyen a la reducción de gastos. Porque es verdad que la inversión inicial puede resultar cara en algunos casos pero, a la larga, si consumo menos electricidad, también pagaré menos.
Entre otras áreas, nos ocupamos de la microbiodiversidad y biodiversidad del viñedo, contamos con una escuela de agricultores en la que hablamos de las mejores prácticas para el viñedo después de haberlas testado nosotros, aplicamos productos menos nocivos para el entorno y ejercemos la responsabilidad social.
Además, la energía que utilizamos es 100% verde -este año llegaremos a autogenerar hasta el 40%- y optimizamos el consumo de agua en tareas tan variadas como la limpieza de las barricas y la bodega, entre otras cosas.
En esta misma línea, nuestras cajas y etiquetas están impresas con tintas que no contaminan, ni siquiera en su proceso de producción, y nuestros corchos son siempre naturales, nunca fabricados con materiales plásticos.
De manera más indirecta, el sector está trabajando para reducir el peso de las botellas y apuesta incluso por su reutilización.
Pese a todos estos esfuerzos individuales, es innegable que el cambio climático parece inevitable…
Así es. Se nota en las temperaturas, en el ciclo de las aguas, en la maduración de las plantas… Poco podemos hacer para detenerlo salvo aportar nuestro granito de arena y, al menos, tratar de minimizarlo. El cambio climático supone todo un reto en muchos aspectos, también a la hora de ofrecer buenos productos. Las uvas entran a bodega cada vez con acideces más bajas y eso requiere trabajo para conseguir un equilibrio y nuevas inversiones.
Por nuestra parte, trataremos de afrontarlo elevando los viñedos a cotas más altas y trabajando con clones de cepas. Algo que venimos haciendo desde hace ya diez años, aunque los frutos no comenzarán a verse hasta dentro de otros diez.
A estos problemas se suman en Rioja las reivindicaciones de entidades como la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa y Bodegas Familiares de Rioja (esta última decidía, al cierre de esta edición, abandonar la mesa del Consejo Regulador). Como miembro de Grupo de Empresas Vinícolas de Rioja (Grupo Rioja), ¿cuál es su opinión al respecto?
Cuando se fundó allá por el primer cuarto del pasado siglo, la propia denominación de origen debatía ya sobre si la Rioja Alavesa debía incorporarse o no al proyecto y de, si lo hacía, debía hacerlo o no bajo una identidad diferenciada. Las reivindicaciones no son por tanto nuevas.
Aquí no deja de haber un tema político, antes y ahora. La mayor parte del volumen de Rioja y Rioja Alavesa quiere pertenecer a la DO y no quiere realizar grandes experimentos. Si el consumidor quiere poner en valor el terreno, el viñedo, el pueblo…, me parece perfecto.
Pero, ¿de verdad pensamos que un consumidor en Kentucky está deseando conocer los vinos de Torremontalbo o de Cenicero, por no irme lejos de aquí? Ya sería bastante con que supiera ubicar Rioja en España. Creo que Rioja es más fuerte si permanece unida.
Por su parte, las reivindicaciones de Bodegas Familiares de Rioja sí son más nuevas. Desde que se constituyó la Organización Interprofesional del Vino de Rioja -cuyos miembros están representados en función de su peso en el mercado, de modo que cada bodega no siempre equivale a un solo voto- se han tomado todo tipo de decisiones, acertadas o no.
Bodegas Familiares de Rioja argumenta que no se les tiene en cuenta y que se han tomado decisiones equivocadas. Y puede que sea así, pero también es verdad que ha tenido más aciertos que errores. Creo que en todo esto hay una parte de demagogia que vende en los medios de comunicación.
Actualmente se está estudiando un nuevo sistema de votos aunque, si te digo la verdad, no me parece justo que el voto de una bodega que produce 50 mil botellas tenga el mismo peso que otra que produce 5 millones.
Todo sistema tiene ventajas e inconvenientes y es difícil dar con un modelo que contente a todos, aunque ya digo que se está trabajando en ello.
Cambiando de tema, ¿qué papel desempeña el enoturismo en bodegas Riojanas?
En los años 80 y 90, venir a visitar Bodegas Riojanas resultaba imposible. Si un distribuidor quería acercarse, para nosotros era un problema, porque no teníamos acondicionadas las instalaciones.
Desde hace unos años nos hemos ido dando cuenta de que es importante abrir nuestras puertas para que se pueda ver cómo trabajamos, el mimo con el que lo hacemos… Y para ello, todos los años dedicamos parte de nuestras inversiones a habilitar nuevas zonas.
Esa es nuestra mejor herramienta de marketing porque la gente se convence y hace suyo el vino. Creo que es la mejor manera de construir marca.
En nuestro caso abrimos de lunes a domingo, y nos gusta recibir a grupos pequeños, que son atendidos por personal bilingüe dedicado exclusivamente a eso. Pretendemos ofrecer experiencias mediante un discurso diferencial alejado de los tecnicismos.
En las otras zonas en las que estamos presentes, este proceso también se está llevando a cabo, aunque algo más despacio.
Para ir terminando…, ¿qué tal se presenta la vendimia este año?
Pues se presenta complicada en muchos aspectos, aunque no es la primera vendimia complicada que afrontamos. Es complicada climatológicamente, porque ha habido agua en algunos momentos y sequía prolongada que ha hecho sufrir mucho al viñedo.