
El sector vitivinícola español teme una caída de exportaciones y pérdidas millonarias en su principal mercado fuera de la UE
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciaba anoche la imposición de un arancel del 20% sobre los productos europeos, incluyendo el vino, como parte de su estrategia proteccionista. Esta medida afecta especialmente a España, uno de los principales exportadores de vino al mercado estadounidense, que en 2024 vendió más de 67 millones de litros a EE.UU., con un valor de 391,4 millones de dólares.
Impacto económico en el sector vitivinícola español
Las consecuencias para el sector español podrían ser severas. Con este incremento de los costos para los importadores estadounidenses, los vinos españoles perderán competitividad frente a productores nacionales y de países no afectados por los aranceles, como Chile o Argentina.
La Federación Española del Vino (FEV) estima que las exportaciones podrían reducirse en un 30% si los importadores deciden trasladar estos costos a los consumidores. “El mercado estadounidense es clave para nuestras bodegas, y este arancel nos coloca en clara desventaja respecto a nuestros competidores”, declaró su presidente, Emilio Restoy.
Las denominaciones de origen más afectadas serían Rioja, Ribera del Duero y Cava, cuyos vinos premium tienen una presencia consolidada en Estados Unidos. La posibilidad de una reducción de demanda podría llevar a la caída de precios y, en el peor de los casos, al cierre de pequeñas bodegas que dependen de la exportación.
Posibles consecuencias y respuestas
La respuesta del Gobierno español y la Unión Europea será clave para mitigar el impacto de esta guerra comercial. La Comisión Europea ya ha advertido que tomará represalias si no se llega a un acuerdo, mientras que el Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado un paquete de ayudas para el sector, similar a las medidas implementadas durante la pandemia.
A nivel estratégico, algunas bodegas podrían optar por diversificar mercados, aumentando su presencia en Asia y Latinoamérica. Sin embargo, esto requeriría tiempo y una inversión significativa en promoción y distribución.
Por ahora, la incertidumbre domina el sector, y las empresas españolas esperan que la situación no se prolongue demasiado. De lo contrario, el impacto económico podría extenderse más allá del vino, afectando a toda la cadena de valor, desde agricultores hasta distribuidores.