Por Raúl Serrano
De la mano del Consejo Regulador nos hemos acercado a la DO Cigales con dos compromisos claros. Uno, la cata para la Guía Vivir el Vino 2024, porque siempre es importante intentar acercarte a la zona y de esta manera hacer un seguimiento más cercano de sus vinos, y dos, hablar con el consejo, visitar alguna bodega, ver viñedo y por último y no menos importante sacar conclusiones.
Comenzare por la mañana de cata, blancos (pocos), tintos y rosados/claretes, de estos últimos los veremos un poquito más adelante. En el día fueron algo más de 45 vinos los que pudimos catar y la primera reflexión que por norma es la más fiable e importante fue a favor de los tintos. Esta vez los tintos eran indiscutiblemente distintos entre ellos, pero a su vez guardaban una calidad lineal que juega claramente a su favor, de esta manera nos encontramos tintos que guardaban frescor, con una buena presencia de la fruta, también una de las mayores virtudes el comienzo de una clara parte terrosa y mineral dando peso a la zona y sus viñedos, también los hubo corpulentos, con parte rústica y compleja evolución pero muy agradables en boca, insisto un punto a favor de los tintos de la zona.
De los blancos tiempo al tiempo, creo que puede haber potencial pero tiene que surgir el atrevimiento y buscar alternativas de coupage y crianza.
Por último pero no menos importante llegamos a los rosados, estos vinos tan ligados a la zona y que merecen toda la atención. Pero vayamos por partes, si hablamos de calidades, perfecto, todo en orden quitando alguna locura que siempre nos traen por la calle de la amargura, pero que reconozco tienen su público. Ahora bien, rosados, rosé y claretes, un conjunto que a mi parecer tiene que cobrar fuerza por separado. Los rosados los hacen bien y punto y que lo mantengan ahí es su fuerte y saben como gestionarlo, los rosé, esos rosados más tenues que además buscan un mercado más internacional, el lineal de los catados estuvo a la altura, se rebajó color pero se guardo aromas, y estructura en el recorrido en boca y ahora tocan los claretes, estos grandes vinos y no tan reconocidos como tal. Lo primero que tienen que hacer o así lo creemos es poner en valor estos vinos, no dudar, ni en calidad ni en precio, claro está la mejor manera de poderlo llevar a cabo no solo es creérselo es poner una normativa que lo represente como tal y aquí entra en juego el Consejo Regulador, que creo estará de acuerdo y además insisto viendo el potencial y calidad de los vinos catados es fundamental que se reconozca al Clarete como tal y diferenciarlo del resto.
El viaje dio mucho más de sí, solo os recomendamos ir y visitar sus viñedos, simplemente espectaculares, una clara manera de entender los vinos de la zona, por otro lado sus bodegas subterráneas, un plan enoturístico que seguro no defraudaría a nadie.