Las viñas de Cerro Cerezo, en la DO Arlanza, son las protagonista de uno de los vinos que elaboran bajo el paraguas de este nuevo proyecto de rescate de "Viñedos olvidados"
‘Viñedos Olvidados’ es el último proyecto de Valtravieso, con el que rescata zonas de viñedo tradicional que se estaban abandonando o corrían el riesgo de ser arrancadas, al tiempo que pone en valor variedades autóctonas. Así continúa con su línea de proyectos abierta por ‘Vino de Páramo’ y su primer vino de la línea ‘El Manifiesto’ , apostando esta vez por salir de la Ribera del Duero. Así, el equipo de Valtravieso, dirigido por su gerente Pablo González Beteré y su enólogo Ricardo Velasco Pla, ha elaborado tres vinos en la montaña de Covarrubias en la D.O. Arlanza, un Monastrell en Fuente Álamo en la D.O. Jumilla y un Bobal en Casas de Benítez en la D.O. Ribera del Júcar.
En Arlanza, los viñedos de Valtravieso cuentan así mismo con una ubicación privilegiada en Covarrubias, a mil metros de altitud, junto a la sierra de Las Mamblas con un paisaje excepcional compuesto de viñas centenarias en vaso, una zona compleja y muy difícil de trabajar. Los viñedos, muy antiguos, mantienen el estilo de plantación original donde convivían diversas variedades, sin prácticamente espacio entre las viñas, requiriendo un trabajo muy manual. Valtravieso ha realizado análisis de microsatélites para conocer su patrimonio vegetal descubriendo que junto a la tempranillo, que se encuentra al límite de la maduración por la confluencia de altitud y latitud, y la garnacha tintorera, hay una gran diversidad de uvas que enriquecen el conjunto. Han creado un blanco fermentado en barrica con base de Albillo Mayor (Muniadona), un tinto de parcela, el Cerro Cerezo y un tinto de villa, Las Mamblas.
En Jumilla, han creado un Monastrell de pie franco de nombre Pie Firme y en la DO Ribera del Júcar han apostado por Bobales de viñas muy viejas, que por su baja producción se estaban abandonando, para su vino Mil Cantos.