Por Santi Jordi
Elaborador y presidente de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos
¿Cuántos cientos y miles de artículos se habrán escrito sobre el origen y las consecuencias del coronavirus? La lista puede ser interminable, aunque el enfoque que ahora se da a estas informaciones está tomando otro cariz. Un cariz mucho más positivo gracias al anuncio de las esperadas vacunas que distintos laboratorios farmacéuticos están a punto de lanzar al mercado.
Las puertas se nos cerraron durante los pasados meses de febrero y marzo, y ahora parece que alguna ventana comienza a abrirse. Ventanas con vistas a la ansiada normalidad.
Eso no quita que la escalofriante y agresiva crisis económica en la que estamos sumidos, y que seguiremos sufriendo por lo menos durante otros dos años más, según adelanta el Fondo Monetario Internacional (FMI), siga haciendo estragos.
Por fortuna, la concienciación social y el grado de optimismo de nuestro carácter hispano nos augura que pronto volveremos a disfrutar de nuestra libertad, aunque con matices. Así lo aseguran por activa y por pasiva todos los organismos públicos –políticos, administrativos y sanitarios- cuando dicen que antes de la segunda mitad de 2021, al menos un 80% de la población estará vacunada. Y no será hasta entonces cuando podamos empezar a recuperar el tiempo perdido y a reparar el daño causado.
Se trata de una noticia positiva difícilmente superable, aunque no la única. Las recientes elecciones en Estados Unidos, que al parecer validarán al nuevo presidente electo, Joe Biden, propiciarán el necesario debate para reducir o eliminar el impuesto con el que nos castigó la administración Trump, traducido en un 25% de arancel adicional para la exportación de los vinos españoles a aquel país. Es un mercado muy importante para nosotros y ojalá que la pronta recuperación de nuestra economía se vincule con un incremento de flujo comercial tras el acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea.
Otra señal que apunta al restablecimiento de la normalidad es el anuncio de todo tipo de eventos relacionados con el sector vitivinícola, tales como concursos, ferias, convenciones, etc. Aunque todavía no acabamos de creérnoslo, los organizadores y promotores están desarrollando ya unos exhaustivos protocolos de seguridad que garanticen la participación sin riesgos.
Las ganas de seguir tirando del carro quedan registradas, sin ir más lejos, en el informe “Importancia económica y social del sector vitivinícola en España”, que la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) presentaba recientemente. Este texto analiza el peso sectorial del vino en nuestra economía, con un Valor Añadido Bruto (VAB) por encima de los 23.700 millones de euros, con una aportación de 3.800 millones de euros a las arcas públicas y con una generación de 427.700 puestos de trabajo, directos e indirectos.
Es por eso que debemos apelar al sentimiento colectivo para que podamos salir todos juntos de esta crisis económica y, además, seamos capaces de adaptarnos a los nuevos tiempos que se nos avecinan y abrir nuestras propias ventanas.
Me despido deseándoles unas felices fiestas y un 2021 ilusionante y productivo.