La Albariño es una variedad de uva de Galicia, originaria de la provincia de Pontevedra. Durante un tiempo se pensó que fue llevada a aquellas tierras, en el medievo, por los monjes cistercienses, que fueron plantando viñedo por el Camino de Santiago. Sin embargo, un reciente estudio, basado en muestras de pepitas de uva halladas en yacimientos arqueológicos de Galicia, permite avanzar en la hipótesis de que la Albariño habría sido una variedad de uva surgida a partir del cultivo de variedades silvestres locales o de su hibridación en época romana con variedades domésticas.
Por otro lado, de entre el medio centenar de clones de Albariño que contabilizó el CSIC, todos ellos con más de 200 años de antigüedad, se plantaron 11 de los mejores en la parcela de la Misión Biológica de Galicia, demostrando las diferencias en producción, calidad de la uva, calidad del mosto y sensibilidad a las enfermedades de la vid de cada uno. En 2012 la Misión Biológica de Galicia, el CSIC y el Consejo Regulador Rías Baixas, firmaron un acuerdo para comercializar los cinco primeros clones de Albariño certificados.
Esta variedad es poco sensible a la botritis, muy sensible al oídio y bastante resistente al mildiu. Sus vinos tienen una graduación alcohólica elevada y una acidez notable, contando con un gran abanico aromático. De gran expresividad, versatilidad y carácter, es muy terpénica, manteniendo siempre su particular personalidad, más cítrica y mineral cuando se cultiva en suelos graníticos y climas fríos, mientras que es más afrutada y aromática cuando se planta en suelos fértiles y climas cálidos.
Sus monovarietales son los vinos blancos más prestigiosos de Galicia y aunque habitualmente se han consumido jóvenes, cada vez más bodegas ofrecen Albariños de guarda con excelentes resultados.
La Albariño es una variedad recomendada en Galicia y autorizada en Cantabria, Castilla y León y Cataluña. También la encontraremos en Portugal, en la región del Vinho Verde.
Omnipresente en las Rías Baixas, En O Rosal se combina habitualmente con otras variedades locales como la Loureiro y Caíño Blanca y, en el Condado, con la Treixadura. Presente en casi todas las denominaciones de origen gallegas, también está contemplada para la elaboración de vinos en las Indicaciones Geográficas Vino de la Tierra Barbanza e Iria y Val do Miño.