Es el líquido alcohólico que se obtiene de la fermentación del jugo o mosto de la uva vinífera y que debe tener una graduación alcohólica mínima de 9% vol., una disolución hidroalcohólica constituida por un 85% de agua y un 10-15% de alcohol. El vino contiene sustancias disueltas que constituyen el extracto seco y sustancias volátiles responsables del aroma. Ambas aportan complejidad y personalidad, haciendo evidentes las diferencias entre unos vinos y otros. Alcoholes, ácidos, azúcares, compuestos fenólicos, sustancias aromáticas, polisacáridos y compuestos nitrogenados forman parte del vino. Tomado con moderación, es una bebida sana y cardiosaludable, que forma parte de nuestra cultura, de nuestras tradiciones y de nuestra economía.
Desde hace siglos es bebida de celebraciones y conmemoraciones, un vínculo entre los amigos, un móvil para la charla, un placer para los sentidos, una fuente de ingresos importantísimos para muchas regiones españolas, una pasión para personas de toda condición, un símbolo nacional. Incluso, la Sangre de Cristo es vino.
Capítulo aparte merece la vendimia, la recolección del fruto de la vid, el acto inmediato a la elaboración del vino. Entre los meses de agosto y octubre, dependiendo de la región y del tipo de uva, se produce este importante acontecimiento social y cultural en el que participan familias, pueblos y comarcas enteras.
Y es que hay pocas provincias en las que las vides no produzcan algún elaborado con el que satisfacer al paladar, un vino para cada momento y ocasión. El vino es una bebida compleja y apasionante.