Los enoturistas podrán visitarlo y conocer la historia de estas edificaciones típicas de Rioja Alavesa
Bodegas Murua, comprometidos con la recuperación del patrimonio cultural, acaba de finalizar los trabajos de restauración de un chozo decimonónico situado en la finca Vallobera, en los límites de la bodega. La obra, supervisada por un arqueólogo, ha permitido recuperar su estado primigenio alterado por las raíces de un árbol situado en la cima del chozo, que había provocado el desprendimiento de varias piedras de la fachada.
Este chozo o ‘guardaviñas’ se encuentra dentro de los límites del Conjunto Monumental Paisaje cultural del Vino y el Viñedo de Rioja Alavesa (Álava). Además de este chozo, Bodegas Murua cuenta con otras dos construcciones similares localizadas en terrenos de la bodega, en las parcelas ‘La Pared’ y ‘Cuatro Encinas’.
Los trabajos de rehabilitación se enmarcan en las obras de recuperación del patrimonio cultural e histórico que Masaveu Bodegas viene ejecutando en los restos arqueológicos situados en las zonas limítrofes de sus bodegas, y que, por ejemplo, ha permitido también conservar, en Bodegas Fillaboa, los petroglifos (grabados) prehistóricos sobre rocas localizados en la parcela Finca Coto de Prado.
Los chozos son pequeñas construcciones de piedra utilizadas por los agricultores como refugio para cuidar y vigilar los cultivos. Se conocen también como ‘guardaviñas’ porque solían utilizarse por el guarda del viñedo, que dormía en su interior para vigilar que el ganado no dañase las viñas. Aunque existen varios tipos, en su mayoría son construcciones sencillas de planta circular que se van estrechando hacia arriba, y que se levantan sin emplear ningún tipo de argamasa (técnica de piedra seca). Constituyen un elemento muy característico del Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Álava, habiendo registrados y documentados 880.