Por Arantxa Noriega
POST-BREXIT
EFECTOS SOBRE EL VINO ESPAÑOL
Reino Unido apenas produce vino y, por eso, es históricamente uno de nuestros mayores importadores, según el Instituto de Comercio Exterior (ICEX). De hecho, representa el tercer mercado para la exportación del vino español, solo por detrás de Alemania y Francia. En 2019, las ventas supusieron alrededor de 340 millones de euros. Por todo ello, cabría esperar un complicado escenario post-Brexit. Hablamos sobre los efectos de la salida del Reino Unido de la Unión Europea con José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV), y María Naranjo, directora de Alimentos, Vinos y Gastronomía del ICEX.
JOSÉ LUIS BENÍTEZ
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José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV) dice estar a la espera de conocer cómo se desarrollan las negociaciones comerciales entre Europa y Reino Unido sobre el vino, de momento suspendidas debido a la pandemia del COVID-19. Sin embargo, no esconde su optimismo. Cree que se dará un acuerdo lógico y bueno porque asegura que “Reino Unido es el primer interesado en el vino”.
¿Hay preocupación por la salida del Reino Unido de la UE?
Nos mantenemos prudentes hasta ver cómo se desarrollan las negociaciones comerciales entre Europa y Reino Unido. Confiamos en que se llegue a un acuerdo lógico y bueno porque, Reino Unido es el primer interesado en el vino y en los productos ‘spirits’. Este país importa mucho vino procedente de la UE –valorado en 2.800 millones de euros cada año-. Por tanto, creemos que un inglés no va a dejar de beber vino francés e italiano, español o portugués. Por una serie de motivos, entendemos que Reino Unido está muy interesado en que se llegue a un acuerdo comercial.
¿Han estimado daños económicos en el sector tras el Brexit?
Creemos que solo habría pérdidas si no se llegara a ese acuerdo. Hoy no contemplamos este escenario; trabajamos con las principales asociaciones de la UE con el fin de preparar un documento con los puntos que debe tener el futuro acuerdo entre la UE y Reino Unido.
¿Cuáles son esas prioridades que urgen los bodegueros en este nuevo escenario?
El objetivo es que no se produzca una ruptura en los flujos comerciales. Perseguimos que todo siga funcionando como hasta ahora y que, tras el periodo de transición, los vinos de la UE no sufran ningún tipo de desventaja competitiva frente a cualquier vino que se pueda vender en otro mercado.Es decir, pedimos aranceles cero para los vinos europeos; también que siga en vigor el reglamento en materia agrícola (indicaciones geográficas, derechos de propiedad intelectual –léase, las marcas-, etc).
¿Cómo piensan mantener esta cooperación agrícola en materia de vino?
Con la creación de un Comité UE-UK sobre este tema, desarrollando un organismo de soluciones en disputas y reglas claras respecto a la frontera de Irlanda del Norte. Hay que entender que las prácticas enológicas y de aditivos se deben mantener para que no haya problemas en el futuro. No trabajamos de forma aislada, ya que Reino Unido está incluido en estas negociaciones y deseamos que continúe participando de las organizaciones europeas en materia de vino.
¿Qué porcentaje del vino exportado por la UE va a parar al Reino Unido?
El 25% va a ese país. Y desde España no es menos importante. El mercado británico de vino envasado es el primero para nosotros (entre un 15% y un 20% en valor y en producción), por lo que es muy relevante.
¿Estiman una subida de los precios del vino en Reino Unido o la evolución de la libra en los últimos meses podría contenerla?
Nos consta que la Asociación de Importadores ingleses, perteneciente a nuestra asociación europea, ha pedido que el Gobierno no les ponga impuestos. Si no fija aranceles, no tiene por qué cambiar el valor de los precios.
¿Han estudiado medidas de choque en el caso de que no se llegue a un acuerdo con Reino Unido? ¿Sustituirlo por otros mercados?
No, los vinos españoles tienen mucho peso en Reino Unido y no se pueden sustituir. Las denominaciones de origen de Jerez, Ribera del Duero y Rioja tienen mucha presencia allí y es algo irremplazable. Sería cuestión de seguir creciendo en los mercados en los que ya está presente. Hablando de EEUU, a los vinos de menos de 14º ya se les aplica un arancel del 25%.
La verdad es que se junta todo, en fin, éramos pocos y…, encima el coronavirus…
Sí, la verdad. Yo me quedo con lo que dijo el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), Luis Planas: “Asistimos a un cambio climático comercial”. Esto es, vivimos una ruptura de los cánones que regían las normas en el comercio mundial. No sabemos si será permanente o algo localizado, ya veremos. El tiempo lo dirá…
MARÍA NARANJO CRESPO
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María Naranjo Crespo, directora de Alimentos, Vinos y Gastronomía del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), no cree que tras el Brexit vaya a haber una caída de la demanda de vino por parte de Reino Unido, ni que suban los precios. Lo fundamenta en que “la libra se está revaluando y este factor juega a favor de la competitividad de nuestros productos”. Cree que los vinos de precios más bajos serán los más perjudicados si se comienzan a aplicar aranceles en aquel país.
¿El ICEX maneja alguna previsión de pérdidas económicas por culpa del Brexit en este año?
Reino Unido es el tercer mercado para la exportación del vino español, por detrás de Alemania y Francia. En 2019, las exportaciones supusieron en torno a 340 millones de euros, aunque es cierto que en los últimos años esta cifra ha experimentado un cierto retroceso. Para 2020, no esperamos que la demanda de vino español por parte de Reino Unido disminuya. Además, este año no habrá ninguna modificación en las condiciones arancelarias. Por otra parte, la libra se está revaluando y este factor también juega a favor de la competitividad de nuestros productos.
A partir de ahora, ¿el vino español en Reino Unido podría verse afectado por un alza de los precios con repercusión en el consumidor?
De momento no se prevé un alza de precios. Si en los últimos dos años, la libra esterlina se había devaluado frente al euro, desde diciembre se constata una clara tendencia al alza y, por lo tanto, la competitividad de los precios de entrada de nuestros vinos se está recuperando.
¿Cómo afectará al consumo del vino a medio o largo plazo?
No conocemos cuál será el marco final arancelario cuando termine el periodo transitorio. Los vinos que se verán más afectados son los de precios más bajos, si se comienzan a aplicar aranceles ya que su consumo es más sensible a modificaciones de precio. Por el contrario, los vinos de gamas superiores sufrirán menos el impacto de potenciales aranceles, por tener una demanda más rígida. Otro elemento adicional que se puede producir es que Reino Unido será considerado un país tercero y, por lo tanto, denominaciones de origen e instituciones de promoción se podrán beneficiar de los fondos OCM para mejorar el conocimiento de los vinos españoles en este mercado.
¿Se estudian nuevos destinos de exportación para compensar este mercado? ¿Qué soluciones plantean desde el ICEX?
La estrategia de diversificación de mercados es uno de los ejes del trabajo de promoción que está impulsando el ICEX. Estamos observando cómo la demanda de vino español está creciendo con fuerza en Asia y también en otros países como México, Canadá, Brasil, Países Nórdicos, incluso África Subsahariana.
¿Cuáles son las acciones previstas en estos destinos?
En estos mercados organizamos actividades que faciliten la entrada de nuevas bodegas en los canales de distribución (ferias de importadores en Japón, Rusia o México…); es decir, acciones que den a conocer la excelencia y diversidad del vino español. En China hemos diseñado un programa para profundizar los canales de distribución en nuevas áreas geográficas para las bodegas que ya están presentes.
A todo esto, se suman los aranceles de EEUU, que complicarán aún más la internacionalización del sector vitivinícola español…
Estados Unidos es el primer mercado de exportación fuera de la UE, con más de 320 millones de euros en 2019 (con cifras de noviembre). Es indudable que la introducción de aranceles para los vinos de menos de 14º que se aprobó por la Administración Comercial norteamericana ha dado un varapalo a nuestras expectativas. Es difícil cuantificar cómo afectará a la exportación de nuestro vino, porque muchas bodegas han llegado a acuerdos con sus importadores para repartir en sus márgenes comerciales este impacto, de tal manera que el consumidor final no se vea afectado. Además, estamos reforzando acciones de imagen en el mercado estadounidense (Great Match, Aspen Food&Wine Classic…), y potenciamos acciones de diversificación para buscar alternativas para las bodegas.