Tempranillo | Pradorey | DO Ribera del Duero |
Por Raúl Serrano
Dicen que las comparaciones son odiosas pero, qué le vamos a hacer, teniendo catada la añada 17 tenemos que ver similitudes y diferencias. La 2018 ya en nariz se muestra más fresca y directa que la 17, algo más viva y jugando un poco con una juventud de botella que irá a su favor seguro. Fruta viva, especiados punzantes, buena barrica. Boca ágil, de buen recorrido, de recuerdos agrestes, mermeladas y balsámicos, que renuevan de nuevo esa viveza del vino. Muy buena acidez, un tanino algo secante que no molesta y un largo y persistente final, donde salen algo más las notas ahumadas.