
España prevé 37,5–38 Mhl pese a incendios, granizo y calor
España arrancaba a mediados de agosto la vendimia 2025 en zonas cálidas y se esperaba a septiembre en otras, con un calendario desigual marcado por el clima y la sanidad de los viñedos.
En Rioja Oriental se iniciaron los primeros cortes a mediados de agosto. El granizo de junio y los episodios de estrés hídrico redujeron la producción, pero la uva sana y equilibrada promete vinos de alta calidad. Las subzonas restantes de la DOCa avanzan de manera escalonada, con vigilancia sobre mildiu y polilla del racimo, asegurando la madurez óptima y el desarrollo aromático característico.
La vendimia en Ribera del Duero comenzó con albillo mayor a principios de septiembre, mientras que el tempranillo se recogerá a partir del día 20. Tras un verano seco y ventilado, los racimos se presentan sanos y con grado contenido. La presión fúngica ha sido moderada y se esperan tintos finos, con tanino pulido y buena acidez, que reflejan la armonía típica de la zona.
En Rías Baixas, la albariño se vendimió entre la última semana de agosto y primeros días de septiembre. La combinación de primavera húmeda y agosto seco ha favorecido racimos compactos y sanos. El volumen podría superar los 50 millones de kilos si el tiempo se mantiene estable, con fruta concentrada y excelente potencial aromático.
En Rueda, la sauvignon blanc abrió camino a finales de agosto y la verdejo concentra su semana fuerte en la segunda quincena de septiembre. La madurez de la uva es homogénea y los rendimientos medios, con bayas de calibre adecuado y aromas limpios. La vendimia nocturna y la protección de mostos son determinantes para preservar el carácter fresco y varietal de la DO.
Cataluña llega con ligero retraso, uno o tres días, pero recupera impulso tras años de sequía. La fruta que entra muestra equilibrio y sanidad, y la DO Penedès celebra su primera vendimia completamente ecológica, consolidando la sostenibilidad como eje de la región.
En Levante, Valencia fue de las más tempranas, con chardonnay y moscatel cortados a primeros de agosto. Jumilla comenzó a finales de mes con monastrell de secano sana y concentrada, y Alicante mantiene vendimia activa durante todo septiembre. El calor adelantó la maduración, pero la sanidad de los racimos y el manejo adecuado permiten mantener calidad notable.
En Andalucía, el Marco de Jerez pisa la palomino en septiembre, mientras Montilla-Moriles y el Condado de Huelva enfrentan pérdidas de entre el 40 y 50 % por mildiu y pedriscos. Aun así, la fruta que llega a bodega muestra concentración y aptitud para crianzas biológicas y generosos de trazo fino, manteniendo la tipicidad de la región.
La mayor viña del país, Castilla-La Mancha, inició vendimia entre el 8 y 12 de agosto con blancos; el Tempranillo entrará a finales de mes y la Airén desde septiembre. Las olas de calor de agosto recortaron rendimientos un 15‑30 % en algunas parcelas, haciendo que la mecanización y la vendimia nocturna sean herramientas esenciales para preservar la calidad.
Aragón sufrió granizo en Cariñena a comienzos de septiembre, mientras Navarra y Somontano recogen variedades tempranas en la primera quincena y prolongan la vendimia hasta finales de mes en altitudes mayores. Las lluvias primaverales y el manejo de la viña ayudan a compensar incidencias puntuales y asegurar racimos sanos.
Verano de incendios
El verano de 2025 ha sido especialmente severo en superficie forestal: entre julio y agosto se quemaron 350 000‑400 000 ha. Galicia soportó incendios devastadores en Valdeorras, Monterrei, Ribeiro y Ribeira Sacra, con pérdidas de uva estimadas entre 15 y 30 % y hasta un 70 % en algunas bodegas. El fuego de Oímbra arrasó viñas centenarias, afectando madurez y calidad. En El Bierzo, los viñedos actuaron como cortafuegos y se prevé cosecha media; en Cataluña, el incendio de Torrefeta calcinó 5 577 ha, afectando cultivos cercanos y generando preocupación en viñedos adyacentes. En Castilla y León, el incendio de Molezuelas destruyó más de 37 000 ha, creando alerta por posibles efectos secundarios de calor y ceniza en viñedos próximos.
La vendimia 2025 se estima entre 37,5 y 38 millones de hectolitros, ligeramente por encima de 2024 pero todavía por debajo de la media quinquenal. Las existencias al 31 de mayo descendieron a 33,8 Mhl, aliviando la presión comercial inicial. La campaña combina zonas adelantadas por el calor, otras retrasadas por altitud, y áreas golpeadas por incendios o granizo. La clave será la resiliencia del viñedo, la gestión de parcelas y la calidad en origen, con márgenes equilibrados y mensajes claros al consumidor. A pesar de las dificultades, la fruta concentrada y aromática promete transformar adversidad en valor en bodega.