
“El vino es lo más rockero que hay”
Por Vanesa Viñolo
Es una de las firmas más atractivas del periodismo musical actual. Un periodista curtido en todos los formatos que, copa de vino tinto en mano, nos desvela sus particulares "Maneras de Vivir". Un libro en el que recopila los artículos que fue publicando durante la pandemia en el diario El País y que es una oda a los valientes que siguen apostando por la música, el teatro, el arte...
Crítico musical y redactor en El País, colaborador en la Ser, periodista especializado en revistas musicales como Efe Eme o la Rolling Stone, escritor... ¿Cómo encuentras el panorama actual en el mundo de la música?
Excitante. En el fondo, como siempre lo he encontrado así. No creo en la nostalgia mal entendida de que solo cualquier tiempo pasado fue mejor. Todas las épocas tienen estupendas posibilidades para descubrir música nueva y admirable. Actualmente, bastaría con observar el gran número de propuestas que hay en la música española para darse cuenta de que es un tiempo fructífero y muy rico. Una vez, escribí que vivíamos una re-movida del pop español en la que gente como Xoel López, Amaral, Iván Ferrero, Christina Rosenvinge o Coque Malla son veteranos en pleno esplendor compartiendo espacio con el talento emergente de Ginebras, Rigoberta Bandini, Rodrigo Cuevas o Carolina Durante. Y, entre medias, todo tipo de nombres. Y eso sin pensar ya en Rosalía o C. Tangana, dos triunfos importantísimos de la música española. Si miras fuera, todavía es casi hasta mejor. Música norteamericana de raíces, retrosoul, música francesa… Solo apuntaré una cosa: el nuevo jazz actual. La revista Ruta 66 acaba de hacer un informe en el que alucinas con todo lo que se puede descubrir a partir de artistas de la calidad de Kamasi Washington.
Recientemente has publicado “Maneras de Vivir”, una carta de amor a Madrid, una ciudad en la que la vida, en sus diferentes maneras, se abre hueco siempre. ¿Cómo surge la idea de este libro? ¿Queda algo del Madrid de Leño, de sus lugares, costumbres, etc.? ¿Y del espíritu “Rosendo”?
“Maneras de vivir” es consecuencia de mi necesidad de ser testigo de los tiempos difíciles que vivió la cultura madrileña durante la pandemia, pero, a partir de ahí, también había otro objetivo: dar voz a las personas anónimas y locos valientes que ponen en marcha negocios y empresas culturales como tiendas de discos, librerías, salas de conciertos, teatros alternativos, tablaos, salas de cine… El libro es la recopilación de artículos publicados en El País. Los artículos fueron muy bien acogidos y una editorial me animó a recopilarlos. El Madrid de Leño todavía vive, sobre todo, en los barrios castizos de Madrid, fuera de la nuez central dominada por el turismo y la gentrificación. Barrios como el propio Carabanchel o Usera, Aluche, Arganzuela, La Elipa, Tetuán o Prosperidad siguen mostrando un Madrid multicultural, de bar de viejos, mercados y espíritu de calle. Rosendo, que hace el prólogo de mi libro y al que además le dedico el último capítulo en una entrevista exclusiva (la única que ha dado desde que se jubiló), representa ese Madrid contestatario.
Seguimos en Madrid, ¿compartes con nosotros una ruta “vínica” por la capital?
Madrid está llena de posibilidades para beber vino en bares y tabernas que todavía conservan el espíritu castizo de una ciudad que siempre ha sido un pueblo de pueblos de España. Ahora también de Latinoamérica. Para irse de vinos, esos chatos tan chulos, recomiendo mucho Bodegas Alfaro en Lavapiés (un lugar que debería ser patrimonio de la ciudad) o Bodega del Águila, en La Latina, cerca de Puerta de Toledo (un espacio con actuaciones en directo). Recientemente, estuve en El Mariano, un lugar perfecto para comer unos callos y cocido con un buen vino.
En el mundo del vino, en los últimos años, con el “empujón” de la COVID, ha habido un cambio en los hábitos del consumidor. El vino, un poco olvidado en nuestras costumbres diarias, ha vuelto a ser un buen compañero y las ventas online se han disparado. ¿Ha pasado así también en tu caso? ¿Eres comprador de vino online o prefieres la compra en tiendas físicas?
Compagino las dos cosas. Me gusta aconsejarme mucho por los especialistas y suelo preguntar en bares y restaurantes. Hace poco descubrí los vinos de Jaén, gracias a un viaje a la zona y me he aficionado a ellos, especialmente a Marcelino Serrano. En el confinamiento, pedí varias veces vinos a Martín Codax y Neo, que los probé en Aranda de Duero una vez que fui al Sonorama Ribera y me encantaron. Ahora quiero pedir online vinos de Hungría, difíciles de ver en España y que me fliparon en un viaje a Budapest en 2019.
Todavía no es muy habitual, excepto en festivales como el Sonorama de Aranda del Duero, -en el que la DO Ribera del Duero está muy presente- o el WineFest, pedir una copa de vino cuando vas a un concierto. ¿Crees que el vino en España no es “rockero”?
El vino es lo más rockero que hay. Siempre se asocia el whisky al rock y me parece bien, pero el vino es rock totalmente. Piénsalo: después de más de medio siglo, el rock ya es un género clásico, como el jazz o el blues. Y, entonces, es como el vino, que mejora con los años. Te confieso una cosa: me encanta escuchar mis vinilos de rock en casa con una buena copa de vino tinto.
Creo que eres un buen aficionado al vino, ¿cómo surge tu interés? ¿qué perfil de vino es tu favorito?
Mi afición al vino surge por mi madre. Era gran bebedora de vino. Le gustaba cocinar en casa con su copita y eso me quedó. Ahora me veo como ella en casa. Soy de vinos tintos, muy por encima de todos los demás. Y me gustan, dentro de los tintos, que tengan cuerpo.
Siendo crítico musical, ¿Lees las críticas de vino o vas por libre?
Voy por libre, pero voy a intentar empezar a leer más críticas de vino. Y como te decía antes, para mí es muy importante el criterio de amigos más expertos que yo y de los restaurantes o bares que me aconsejan marcas y bodegas.
El vino ha sido fuente de inspiración de grandes temas musicales. ¿Tienes una canción favorita vinculada al vino?
Hay una canción muy relajante de Wes Montgomery que se llama “Days of Roses and Wine”. Me gusta oírla un jueves noche en casa. Dos que me encantan, donde el vino tiene presencia, son “Copa Rota”, de Los Rodríguez; y “Tus cartas son un vino”, de Joan Manuel Serrat. Es un poema de Miguel Hernández versionado por Serrat.
¿Algún proyecto en marcha?
Sí, estoy ya preparando otro libro. Me gusta pensar que sigo la filosofía de Bob Dylan o Neil Young, que no se detienen, siempre están pensando en el siguiente disco, en la siguiente gira. Es un modo de sentirse apegado a una causa.
Como despedida, ¿nos recomiendas un disco y una lectura para este 2022?
El nuevo disco de John Mellencamp es muy bonito y honesto. Un tipo mayor cantando a la vejez y desde la vejez. Hay algo poderoso en esa redención. Y, por recomendar algo similar, digo la última novela de Marcos Ordoñez, crítico de teatro de El País: “Una joven pareja”. Marcos nos ofrece desde su veteranía un libro sobre una historia de amor que nace en la Barcelona de los 70. Habla de Barcelona, pero también de las ilusiones y averías de las relaciones de pareja.
Cuando llega la noche y estoy escuchando en vinilo “A Love Supreme”, de John Coltrane, en mi casa.
La provincia de Burgos.
Restaurante Las Redes, en San Vicente de la Barquera (Cantabria).
Unas fabulosas lentejas caseras (las mejores eran las de mi madre) y un buen Ribera del Duero.
Aquella noche con aquella chica y música de Aretha Franklin envolviéndolo todo. Pero también diría todos aquellos que no recuerdo por tanto vino, pero que sé que fueron divertidísimos.